M. de la Huerta/Agencias / VIGO

Cada vez más niñas o jóvenes gallegas deciden cambiar -o, en el mejor de los casos, simultanear- los libros por los pañales. Sólo durante el año pasado, 118 menores de 18 años decidieron ser madres en Galicia, lo que supone un incremento de casi un 30% con respecto a 2006. El número de adolescentes que se quedan embarazadas es todavía mayor. Según las estimaciones de la Consellería de Sanidade, aproximadamente el 52% de las gestaciones de menores de edad termina en aborto.

Del instituto a la sala de partos. Durante el pasado año, decenas de menores gallegas pasaron de jugar con muñecas a tener en sus brazos un bebé que ríe y llora de verdad. Las cifras hablan por sí solas. Según los datos que maneja el Instituto Galego de Estatística (IGE), 118 mujeres de las 21.670 que dieron a luz en Galicia en 2007 tenían menos de 18 años, casi un 30% más que en 2006, cuando 91 adolescentes gallegas se estrenaron como madres.

Cada tres días, una niña o joven que aún no había cumplido la mayoría de edad daba a luz en un hospital gallego en 2007. De ellas, 79 tenían 17 años; 27 contaban con 16; diez, con 15; y, lo más destacable: hubo dos casos de niñas menores de 15 años que ahora ya saben lo que es un paritorio, cambiar pañales o dar de comer a un bebé hambriento.

Por provincias, A Coruña fue la que más embarazos de menores de 18 años registró, en total 48, seguida por Pontevedra, con 41 embarazadas; Lugo, con 20; y Ourense, con nueve.

Si sorprende el elevado número de "niñas-mamá" que se registró en Galicia durante 2007, peor eran las cifras hace dieciséis años. En 1990, fueron 379 las menores de edad que dieron a luz en la comunidad. En 1980, cuando aún no era legal el aborto en España, 1.098 adolescentes tuvieron un hijo.

El número total de las "niñas-mamá" puede parecer elevado, pero el número de menores de edad que se quedan embarazadas es mucho mayor.

De hecho, la Consellería de Sanidade calcula que "el 52% de los embarazos en menores de 18 años termina en aborto". Sin embargo, el doctor José Luis Doval, durante años el único médico que practicaba abortos en la sanidad pública gallega, elevaba este porcentaje a un 80%, lo que supondría que, el año pasado, 590 menores de edad podrían haberse quedado en estado en Galicia.