La sentencia condena al procesado, Apolinar Benítez, por un delito contra el medio ambiente, pero le absuelve de cualquier responsabilidad en las presuntas lesiones causadas a los tres vecinos que lo denunciaron.

El tribunal señala en la sentencia que el nivel de ruido detectado podía, según los peritos, producir transtornos del sueño importantes, pero alega que no se ha podido probar que los denunciantes hayan sufrido dichas lesiones, porque no se les ha practicado la exploración pertinente.

Apolinar Benítez, dominicano de nacimiento y de nacionalidad española, fue el gerente del bar "Macumba", situado en el número 381 de la calle Aragó de Barcelona, entre mayo de 2004 y octubre del 2006.

Durante este periodo, e incluso con anterioridad a esas fechas, el local emitía un nivel de decibelios superior al máximo permitido, alcanzando los 88 decibelios -cuando el límite es de 30-, por lo que el Ayuntamiento decretó en abril de 2005 el cese de la actividad del bar latino hasta que se insonorizara adecuadamente.

La sentencia reconoce que el acusado hizo obras en el local, e instaló un limitador de sonido, pero, pese a estas actuaciones, continuó rebasando los límites de ruido establecidos por las ordenanzas municipales.

A principios de octubre de 2005, el acusado reabrió el local -cuando todavía estaba vigente el acuerdo de suspensión- y siguió con sus actividades habituales, incumpliendo así la ordenanza municipal sobre ruido, hasta que fue definitivamente cerrado al cabo de un año.

Los magistrados de la Sección Tercera, además de la pena de cárcel, han decretado la clausura del bar musical por cinco años "en tanto no se lleven a cabo las preceptivas actuaciones tendentes a la insonorización del local", y le imponen al acusado una multa de 4.326 euros.

La sentencia aún no es firme y podrá ser recurrida ante el Tribunal Supremo por el abogado del procesado. Durante el juicio, el fiscal llegó a pedir la imposición de una pena de 9 años de cárcel para Benítez.