No hay un criterio único, y aunque la gran mayoría de las compañías aéreas fija el límite en los 115 centímetros, el lío empieza al dividir la cifra entre el ancho, el alto y el fondo de la maleta.

Una vuelta por los mostradores de facturación del aeropuerto de Madrid- Barajas ha arrojado el siguiente resultado:

Iberia, Air Europa, Air Comet, Lan, o Avianca, apuestan por la siguiente fórmula: 55 por 35 por 25.

Las hay que piden 50 de ancho, por 40 de alto y 25 de fondo, como Spanair.

Al 55 por 40 por 20, se apuntan Lufthansa, Air France, Blue Air Vueling, Air Berlín, o Korean Air, entre otras.

Los 115 centímetros tienen su excepción en Air Canadá, que permite un tope de 118 centímetros (55x40x23) y en British Airways, que casi dobla, con 128 centímetros, repartidos de la siguiente manera: 56 de ancho, por 47 de alto y 25 de fondo.

En cuestión de peso, el criterio también varía, y el abanico suele ir desde los seis hasta el "sin límite dentro de lo razonable", como reza el cartel de Easyyet que no pone tope, pero eso si dentro de los 115 centímetros de rigor (55x40x20).

En general, se imponen los 6 kilos (Spanair, Air Comet); los 8 (Sas o Lufthansa); los 10 (Air Canadá), y como mucho los 12 (KLM).

Los medidores que las citadas compañías colocan junto a sus balcones de facturación ayudan al viajero a salir de dudas.

Otro cantar son los accesorios o artículos personales.

Normalmente, en la clase económica se permite, junto al equipaje de mano, llevar uno e incluso dos accesorios: léase bolso, paraguas, ordenador, abrigo....

Pero hay compañías de bajo coste que no admiten siquiera un solo artículo personal, y este "exceso" se paga en euros.

Para evitarlo, siempre queda el recurso de sudar la gota gorda y embutir el mismo dentro del equipaje de mano.