Escritora por vocación y especialista en originales métodos alimentarios por necesidad, la madrileña y residente en Marbella Lucrecia Zurdo ha dedicado más de 60 años a la investigación de los aportes de la cocina mediterránea al organismo.

De naturaleza inquieta, Lucrecia explicó a Efe que su procedimiento consiste en la adaptación de las recetas tradicionales españolas -como las lentejas o el cocido, por ejemplo- a la dieta de cada persona, de manera que se pueda "comer en familia" sin variar el menú individual, únicamente modificando una parte del mismo.

Evitar el pan, precocinar algunos alimentos, apostar por lo crudo para cenar o desayunar con proteína animal resultan, según esta experimentada cocinera, favorables para la salud y pueden convertir en dietéticas todas las cocinas que se realizan en nuestro país.

Nadadora y corredora -todos los años participa en una competición doble-, Lucrecia apuesta por un batido artesanal que elabora a base de peladuras de kiwi, naranja o manzana, germen de trigo y levadura seca de cerveza. También emplea agar-agar, un alga que convierte en gelatina zumos de frutas exóticas, y a la que está dedicando un libro que saldrá próximamente.

Prepara además un nuevo volumen de "La cocina del futuro" (las tres primeras partes fueron publicadas en 1969, 1977 y 1981) y otro libro sobre ejercicio físico, junto a su amiga María del Carmen Más, profesora de la Escuela de Hostelería de Madrid, y que será publicado por la editorial Díaz de Santos.

Lucrecia afirma que la levadura y el germen de trigo aportan energía a primeras horas del día, mientras que la soja en grano se alza como la mejor legumbre, según su criterio culinario y gracias a sus ventajas proteínicas.

Azotada por trastornos alimentarios como la bulimia y la anorexia, consiguió superar las adversidades gracias a su insistencia en la búsqueda de una cocina beneficiosa, pero que fuera accesible en su elaboración. Sin embargo, no deja de lado los consejos de los médicos que, de hecho, valoran su buenhacer recetario con elogios a su cocina.

De ella, el maestro Gregorio Marañón llegó a decir que el método de Lucrecia "un día será bueno para la humanidad" e, incluso, que su modo de cocinar "está adelantado 40 años con el resto de Europa", expresó el doctor José Madrid en el prólogo de una de sus primeras obras.