Para ello, fue necesario un permiso especial del presidente de la república, Nicolás Sarkozy, que según el Código Civil francés puede autorizar un matrimonio póstumo "por motivos graves, si uno de los futuros esposos fallece después de cumplir las formalidades oficiales que demuestren sin equívoco su consentimiento".

Ronzier y su compañera, Martine Cazenave, no pudieron casarse porque ella enfermó y falleció dos meses antes de la fecha de la boda.

El novio llegó hoy al ayuntamiento de Lamontélarié, en el sur de Francia, con el sombrero que acostumbraba a llevar Martine, que colocó en la silla en la que ella tendría que haberse sentado para la ceremonia, según informaron medios locales.

El primer caso de estas características en Francia fue el de una joven embarazada, cuyo novio falleció tras la rotura de la presa de Malpasset (sur de Francia) en 1959, en la que murieron 423 personas.