Ana Abad de Larriva / VIGO

Decía la genial Anna Pavlova que "nadie puede llegar a la cima armado sólo de talento. Dios da el talento y el trabajo transforma el talento en genio". El vigués Alejandro Martínez, Jandro, es un ejemplo en el seguimiento de esta máxima, convertida ya en forma de vida. Fueron la perseverancia, el optimismo y, sobre todo, el esfuerzo los que llevaron al vigués de 19 años a la final de parejas del espacio televisivo Fama ("No perdí ni un minuto y lo di todo"). Y siguen siendo ahora, meses después, los motores que impulsan el día a día de un joven que lucha por conseguir sus objetivos.

¿Cambios en su vida? Muchos. Su participación en el programa aún está reciente. "Fue pasar de no conocerme nadie a que lo haga todo el mundo a nivel de España. Las niñas que gritan, las que se enfadan porque no bailas con ellas cuando estás haciendo un bolo... Sin embargo, los de siempre siguen igual. Entienden que tengo un sueño".

Pero no todo es "fama". Salir del reality le supuso tener que tomar una serie de decisiones. Difíciles, arriesgadas. Y él tiene muy claro con lo que se queda: "Me ofrecieron participar en castings para la televisión y lo rechacé, porque quiero ser bailarín y no famosillo de televisión". Y lo dice con esos ojos verdes que calan.

También se le presentó la oportunidad de crear su propia escuela de baile en el norte de Portugal. Otro rotundo no. "Tengo 19 años y no me quiero atar a nada. Puede que cuando cumpla 26 sepa más cosas y sí quiera tener una mayor estabilidad, pero por ahora sólo busco encontrar mi sitio". Sin embargo, le encantaría acabar su carrera dando clases de baile en Galicia.

Objetivos

Para cumplir un sueño que considera aún no ha alcanzado, se presentó en junio a las pruebas de acceso del Conservatorio Profesional de Madrid. "Aprobé pero somos catorce aspirantes y hay sólo doce plazas, así que no sé si entro".

Y si no puede ser, Jandro lo tiene muy claro: "Me voy a Los Angeles. Allí hay una amplia oferta en el mundo del baile y quiero conocer mundo". ¿Que le sale bien?, genial. "Si no, habré aprendido inglés", se consuela con anticipación. Por ahora, la gira de Fama le está ocupando el verano.

Atrás queda su etapa en el instituto vigués Castelao, salvo por dos asignaturas que espera quitarse pronto de encima. "Fue una etapa de incomprensión hacia lo que yo quería de mi vida". Pero aún recuerda los fines de semana de trabajo para pagarse las clases de baile y las escapadas a cursos en Madrid y Barcelona con aquella profesora que le apoyó desde sus inicios.

En el baile hay una parte importante que es la técnica, y otra que la supera. Jandro la denomina garra. "Yo estaba muy obsesionado con la técnica pero fui capaz de darme cuenta de que gente con flexibilidad que levante la pierna hay mil pero que transmita, poca".