La zarzuela, tal y como se conoce ahora, surgió sobre 1850 con la idea de que fuera la "ópera española", la respuesta a la "invasión" italiana, y se mantuvo robusta durante un siglo gracias a compositores como Chueca, Ruperto Chapí, Tomás Bretón o Barbieri.

"Está tocada de muerte porque su público no se ha renovado"; "hay un interés claro en las nuevas generaciones" o "se agotan los discos pero al público joven no le gusta nada", son algunas de las dispares opiniones recabadas por Efe en el sector.

El hecho es que a finales del siglo XIX había un centenar de teatros en España que solo programaban zarzuela, de ellos 18 en Madrid, la venta de partituras era un filón y todos los compositores, les gustara o no, acababan sucumbiendo a la demanda del público.

La zarzuela, explica el director de orquesta José Luis Temes, la crea expresamente Barbieri junto a otros como Gaztambide y Arrieta.

De su talento salieron títulos como "Jugar con fuego", que estuvo un año y medio en cartel con tres funciones diarias.

"Fue un gran boom, pero como decía Bretón, que odiaba la zarzuela, esto es peligrosísimo porque todo el mundo se va a entusiasmar y adiós ópera española". Y así pasó.

La zarzuela, resume, "es lo que es, con lo bueno y lo malo: un género pequeño y casero pero un retrato asombroso de la España de su época que hay que conocer si se quiere saber cómo era el país".

Chueca murió el 20 de junio de 1908, pocos días después de que se estrenara su última obra, "El himno del centenario", que escribió para conmemorar los primeros 100 años de la Guerra de la Independencia, una partitura que guarda la Banda Municipal de Madrid.

Este, el de las partituras, es un grave problema del género porque de las más de cien zarzuelas que compuso Chueca "sólo" seis están grabadas, y el resto languidecen junto a las 12.000 obras líricas que guarda el Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU).

De esas 12.000, sólo hay partituras de 3.000, "cosas muy buenas, medianas y malas, pero con que una de cada diez fuera digna de pervivir ya serían 300", es decir seis veces más de las que componen el actual repertorio.

"Para sacar adelante" toda esa música, admite Temes, hay que invertir mucho dinero porque es un proceso caro, pero, subraya, las obras tienen que grabarse para que la música "exista" y todo eso aunque el público sea, como sucede con el de zarzuela, "absolutamente reacio" a cualquier novedad.

Está, afirma, "herida de muerte" porque, argumenta, cuando se vuelve en el foso y mira al público "todo son calvas", nunca hay jóvenes.

A eso se une que en "medios intelectuales" hay "casi vergüenza" en hablar de zarzuela y recuerda que esta música movió cifras comparables a los discos de pop "aunque ahora parezca del paleolítico inferior".

Público hay, asegura el director de la discográfica Verso, José Miguel Martínez, y por ello van a sacar ocho discos que recuperan los arreglos en forma de sexteto de las obras más célebres.

"Seguro que tiene éxito" entre los fieles del género, pronostica aunque concede que "es verdad" que al publico joven no le interesa "nada".

El director del Teatro de la Zarzuela, Luis Olmos, apunta que están haciendo un gran esfuerzo para que los montajes conecten "con la gente del siglo XXI" y que este mismo año ha habido 7.000 "chavales" que han asistido a funciones hechas para ellos.

El Teatro de la Zarzuela, que ha homenajeado a Chueca con "El Bateo" y "De Madrid a París", apuesta por "propuestas refrescantes de un género con una música estupenda" que, admite, nunca recuperará sus estratosféricas cifras de negocio aunque los discos y las entradas se sigan agotando.