Una cámara, que bien podría recordar a las miles que vigilan el Estrecho, fotografiada en decenas de localizaciones diferentes (entre ellas Pontevedra), una frontera en forma de red o una valla recreada con alambre son algunas de las propuestas que pueden contemplarse en esta 30 edición de la Bienal. Buena parte de los autores opta por la instalación para reflexionar sobre temas como la melancolía, el desarraigo o la diferencia. La mayoría de los creadores es menor de 40 años, si bien en cada país se han seleccionado autores con una mayor trayectoria para contribuir a dar más referencias del arte que se realiza actualmente en cada país.

Aproximadamente el 50% de las obras presentes en la Bienal 2008 están firmadas por mujeres, una contribución decisiva a una cita artística que en su apertura quiso recordar especialmente a los que sufren la emigración o, aún peor, que se dejan la vida en el Estrecho. Por una vez, Louzán y el alcalde de Pontevedra, Fernández Lores, coincidieron en su mensaje: frente a la tragedia no valen los discursos retóricos.