La Iglesia Católica de la conservadora Filipinas autorizó el uso de preservativos en aquellos matrimonios en los que uno de los cónyuges sea portador del VIH o padezca el sida para proteger del contagio a la pareja.

Sin embargo, el sexo con condón debe ser siempre "el último recurso" y es preferible la abstinencia, anunció hoy el padre Edwin Carros, portavoz de la Conferencia de Obispos Católicos (CBCP).

La Iglesia, recordó Carros, continúa censurando los preservativos y solo permite su uso en estos casos para salvar una vida, la de la pareja del infectado, que tiene derecho a mostrar el amor que le profesa a su cónyuge sin perjudicarle.

Esta semana, la CBPC participa por primera vez en su historia en un programa de formación para educadores sobre el VIH y el sida, que tiene previsto elaborar un manual educativo que será repartido a los alumnos de los colegios católicos.

La firme oposición al uso del condón por parte de la jerarquía eclesiástica del único país católico de Asia lleva a que Filipinas tenga uno de los índices de natalidad más altos de la región, de casi 3,5 niños por mujer y que no es capaz de asumir la precaria economía.

Unos 13.000 filipinos son portadores del VIH o padecen el sida, según datos del Departamento de Sanidad.