OTR/Press / Madrid / Sidney

Ser un verdadero sacerdote es incompatible con el abuso sexual", sentenció ayer el Papa Benedicto XVI de camino a Australia, donde tiene previsto llamar a la "reconciliación" y a la confesión de la "culpa" en memoria de los afectados por el escándalo de abusos sexuales que ha afectado a la Iglesia Católica australiana. El Pontífice, cuya llegada a la isla se producirá durante la mañana de hoy con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, recordó que ya realizó comentarios similares en su reciente viaje a Estados Unidos el pasado abril.

Antes de que dé comienzo este esperado evento, el Santo Padre quiso adelantar ayer un asunto espinoso que volverá a abordar hoy. "Es esencial que la Iglesia se reconcilie, para evitar, para ayudar, para ver la culpa que esconde este problema. Tiene que estar claro: ser un verdadero sacerdote es incompatible con el abuso sexual, porque los sacerdotes están al servicio del Señor", declaró Benedicto XVI a bordo del avión papal.

La Iglesia Católica australiana reabrió la semana pasada un caso de abuso sexual de hace 25 años en el que está involucrado un sacerdote de Sídney, después de que uno de sus cardenales negara que intentó encubrir el hecho. Las víctimas de abusos dicen que la Iglesia Católica "sigue encubriendo" los casos que involucran al clérigo en cuestión, pese a que ha pagado compensaciones y ofrecido disculpas. La Iglesia, por su parte, niega las acusaciones.

Jornada de la Juventud

Cientos de miles de jóvenes peregrinos, entre los que se encuentran unos 5.000 españoles, participarán en los actos de la Jornada Mundial de la Juventud que será inaugurada el martes 15 de julio con una celebración eucarística presidida por el arzobispo de Sydney, el cardenal George Pell, en Barangaroo. Se trata de un acontecimiento para los jóvenes organizado por la Iglesia Católica y puesto en marcha por Juan Pablo II.

Tras la inauguración y hasta la eucaristía de clausura se desarrollarán distintos actos, entre los que destacan las sesiones matinales de catequesis, que impartirán obispos de todo el mundo, y el Festival de la Juventud.

Hasta el momento, Santiago de Compostela es la única ciudad española que ha sido sede de la Jornada Mundial de la Juventud. La primera edición se desarrolló en Roma en 1984, dentro de las celebraciones sectoriales del Año Santo Jubilar 83-84.