Hace diez años Camilo José Cela, aprovechando el centenario de la Generación del 98, los reunió por primera vez. Lucía Etxebarría, Lorenzo Silva, Blanca Riestra o Ángela Vallvey eran por aquel entonces jóvenes promesas de la literatura nacional tratando de abrirse un hueco en el siempre complicado mercado editorial. Han pasado los años, Cela ya no está, pero aquellos principiantes de la literatura se han convertido en algunos de los nombres más importantes del panorama de las letras españolas.

Para dar cuenta de su evolución, personal y profesional, a lo largo de estos años la Fundación Camilo José Cela decidió organizar el II Encuentro de Escritores que ayer se clausuró, con la lectura de las conclusiones, en el Pazo de San Roque de Vigo.

Bajo el lema, "¿Qué ha cambiado en el panorama literario español en la década transcurrida desde el primer encuentro?", los 18 autores han dedicado tres días a la reflexión y a la puesta en común de sus experiencias para tratar de radiografíar tanto a su generación como al mundo de la literatura en general.

Niegan de forma rotunda que se les califique de generación ya que, aseguran, "no percibimos una estética ni una ideología común", al tiempo que denuncian con vehemencia "que el mundo de la cultura sufre el sectarismo político y la instrumentalización de los grandes grupos mediáticos empresiales". En este sentido apuestan por una practica literaria que aborde la realidad con "espíritu crítico" para hacer frente a los poderes establecidos.

Se reafirman en "que el patrón literario actual es más bien conservador", debido a las presiones de un mercado que "trata de buscar la rentabilidad en cada proyecto" de ahí que les parezcan ejemplares esas pequeñas editoriales independientes que, precisamente, rompen con ese patrón. Y contra ese tópico que cada cierto tiempo profetiza la llegada de la muerte de la novela, también son tajantes: "La novela se lo come todo, lo coloniza todo" sentencia la escritora Blanca Riestra.