Varias empresas italianas están siendo investigadas por la presunta reutilización de lácteos caducados, podridos e incluso con gusanos o excrementos de roedores para confeccionar una pasta de queso semielaborada, que posteriormente adquirían algunas industrias del sector para fabricar sus productos.

Según desveló ayer el diario "La Repubblica" y confirmaron fuentes de la Guardia de Finanzas de Cremona, en el norte de Italia, tres empresas de esta provincia y una con sede en Alemania recogían los artículos putrefactos y los mezclaban con otros en mejor estado.

El resultado de este proceso era una pasta que vendían a industrias lácteas italianas y de ámbito internacional. Estas eran a veces las mismas que les habían entregado sus residuos, y que eran transformados en productos para la venta.

Las investigaciones de la Guardia de Finanzas (Policía fiscal y de fronteras) y de la Fiscalía de Cremona llevaron a la detención hace meses de varios responsables de las empresas que "reciclaban" los productos en mal estado, explicó el comandante provincial de este cuerpo Mauro Santonastaso.

El resultado de las pesquisas está ya en manos de los jueces de Cremona. Entre los investigados se encuentran algunos responsables del servicio provincial de salud (ASL) de Cremona, que amparaban las actividades de la red, ya que no vigilaban sus actividades y avisaban con antelación de las inspecciones.

Las investigaciones arrancaron en noviembre de 2006, cuando agentes de la Guardia de Finanzas pararon a un camión que circulaba por la zona y desprendía un olor "nauseabundo". En su interior encontraron queso semielaborado "en evidente estado de putrefacción". El vehículo provenía de la sociedad Tradel y se dirigía a las instalaciones de Megal, ambas pertenecientes al empresario siciliano Domenico Russo, considerado por los investigadores del caso como el hombre clave de la red.

En la primera de estas empresas, los agentes descubrieron productos cubiertos de moho, caducados, descompuestos e incluso con restos de plástico y esquirlas de metal.

"Algo asqueroso, aunque más asqueroso aún es el sistema comercial descubierto" declaró el capitán de la Guardia de Finanzas Agostino Brigante. El fiscal Francesco Messina señaló por su parte que existen "responsabilidades precisas" de empresas que compraban los productos reelaborados.