Fernando Garrido, abogado de Telma Ortiz, ha presentado un recurso contra el auto judicial que denegó las medidas cautelares para defenderse del acoso de los medios de comunicación, solicitadas por su cliente, que, según el letrado, ahora cambia constantemente de domicilio para eludir ese acoso. El fallo recurrido condenaba también a la hermana de la princesa de Asturias a pagar las costas, cercanas a los 42.000 euros.
Garrido difundió ayer un comunicado de prensa en que el informa de la presentación el pasado 11 de junio de un recurso de apelación ante la Audiencia de Toledo contra el auto del juzgado de primera instancia número 3 de Toledo, que denegó "por inviabilidad jurídica" las medidas solicitadas por Telma Ortiz, hermana de la princesa de Asturias, y su pareja, Enrique Martín Llop.
En su comunicado, el letrado de la hermana de doña Letizia asegura que desde el nacimiento de su hija, Ortiz y Martín "han estado cambiando constantemente de residencia y de localidad, incluso saliendo de España, para evitar ser encontrados por aquellos que pretenden tomar imágenes de ellos y de su hija, poniendo incluso en peligro su seguridad".
Garrido aporta esta información ante las "numerosas solicitudes de información acerca del paradero actual" de sus clientes.
El recurso, cuya presentación avanzó el abogado el pasado 19 de mayo, se apoya en la jurisprudencia del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional para argumentar que Telma Ortiz y Enrique Martín no son personas con proyección pública.
Además, también alude a como algunos medios se apoyan, incluso, en "falsedades" para crear esa proyección pública de sus patrocinados y recuerda que "la relevancia comunicativa no puede confundirse con la simple satisfacción de la curiosidad ajena".
Entre el "cúmulo de falsedades" utilizadas por algunos medios de comunicación, el abogado de Telma Ortiz se refiere a la manipulación de imágenes videográficas y de aprovechar privilegios para alojarse en embajadas, tener escolta pública, viajar como cooperantes en clase business o utilizar motoristas oficiales para registrar un nacimiento y así hasta un largo etcétera.
