Durante el coloquio, David Jiménez reflexionó sobre la labor del corresponsal como ser humano que es incapaz de mantener una objetividad distante y aséptica. "El periodismo no es una cosa fría, tienes que contar las sensaciones que estás sintiendo". En este sentido, dijo coincidir con Ryszard Kapucinsky al afirmar que para ser un buen periodista hay que ser una buena persona. "El día que no me sienta afectado por lo que veo tendré que dejar la profesión", manifestó.

Habló también del surrealismo que conlleva estar en Afganistán a mediodía y volver a Hong Kong, una de las ciudades más prósperas del mundo, por la tarde: "Es uno de los grandes problemas, volver y adaptarte. No puedes dejar que ese mundo sea el tuyo, llevarte la pobreza de Filipinas a tu casa, porque te volverías loco".