El 25 por ciento de los niños españoles con problemas de aprendizaje nacieron así porque sus madres no tomaron suficiente yodo durante en embarazo, según advirtió hoy el doctor Javier Haya, jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital General de Ciudad Real y presidente del Grupo Español de Yodo en el Embarazo y el Niño (GEYEN), que trabaja para subsanar este peligroso déficit, catalogado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la primera causa evitable de retraso mental en el recién nacido.

En una rueda de prensa donde estuvo acompañado por el abogado Manuel Amarilla Gundín, presiente del European Pharmaceutical Law Group (EUPHARLAW) e impulsor de la iniciativa, el doctor explicó que hasta el 90 por ciento de los adultos españoles tienen "justos" los niveles de yodo, cuya carencia genera etapas de abatimiento, y que en las embarazadas, que necesitan más, se vuelven "insuficientes".

"A causa de esta carencia de yodo en el embarazo, uno de cada 4 niños tienen problemas de aprendizaje porque su madre no tomó yodo durante el embarazo", un fármaco barato, financiado por el sistema y que debería ser prescrito por todos los médicos a las embarazadas, como en la actualidad se hace con el ácido fólico, indicó el experto.

El ginecólogo señaló que España, como el resto de Europa, tiene un suelo que genera alimentos bajos en yodo y que tomar sal yodada o pescado no sería "ni adecuado ni suficiente" para paliar este déficit, ya que abusar de la sal sería "un problema sanitario de primer orden" y para que el pescado elevara a "niveles óptimos" el yodo de las mujeres "tendrían que comerlo cinco veces al día".

"Para conseguir los niveles óptimos de yodo, sería necesario tomar cinco gramos de sal al día o 300 gramos de marisco diarios, tres litros de leche o seis litros de vino cada día. Para los expertos, la solución está en los suplementos farmacológicos de yodo, ya que aportan a las mujeres los entre 200 y 300 microgramos de yodo diarios que necesitarían las embarazadas para tener hijos sanos", acotó.

El ginecólogo recomienda que la mujer sigua consumiendo estos suplementos de yodo durante la lactancia y advierte sobre el uso de los denominados complementos nutricionales, unos preparados que, según el experto, "tienen mucho de todo pero en cantidades insuficientes para conseguir beneficios terapéuticos".

Sobre los complementos nutricionales habló también el presidente de EUPHARLAW, miembro del grupo de pediatras, obstetras, matronas y endocrinos que forma GEYEN, quien destacó que es "ilegal" prescribir estos compuestos a las embarazadas, que "totalmente contraindicados".

Este abogado asegura que la batalla por "sensibilizar" al médico y a sociedad sobre la importancia de consumir yodo en el embarazo es "similar a la del ácido fólico", que ha logrado en España disminuir un 25 por ciento los casos de espina bífida en los niños.