La ceremonia de entrega del galardón, que pretende convertirse en el Cervantes de las artes plásticas, se celebrará mañana a partir de las 19:30 horas en el Museo del Prado, un acto que presidirán los Reyes y al que asistirá el ministro de Cultura, César Antonio Molina.

El jurado del premio estimó que la obra de Meireles postula un compromiso político que ha sabido armonizar con las necesidades poéticas de toda creación y recoge críticamente la esencia europea propia del arte moderno occidental, transformándola de tal modo que le da identidad propia e incita a cuestionar las mismas bases del arte occidental.

La galería Tate Modern de Londres le dedicará este año, del 14 de octubre al 11 de enero de 2009, una gran exposición. En España, por el momento, solo el IVAM le ha brindado su espacio aunque se ha podido ver alguna de sus obras en colectivas organizadas por el Reina Sofía y el MACBA.

Esta sea la segunda ocasión en que el Velázquez, instituido en 2002, llega a Hispanoamérica, ya que en 2005 lo obtuvo el mexicano Juan Soriano.

Meireles es dibujante y escultor y es pionero en el arte de la instalación desde los años 60, a la que ha incorporado distintos medios como el cine y ha participado en convocatorias tan importantes como la Bienal de Sao Paulo o la Documenta de Kassel.

El premio Velázquez, dotado con 90.450 euros, reconoce el conjunto de la obra de un creador español o de la comunidad iberoamericana de naciones y ha recaído desde que se concediera por primera vez en 2002, en Ramón Gaya, Antoni Tapies, Pablo Palazuelo, Juan Soriano, Antonio López y Gordillo.

Incluye una exposición en el Reina Sofía del artista, quien, además, podrá elegir a otro creador menor de 35 años como receptor de la Beca Velázquez, dotada con 30.000 euros y de un año de duración.

Molina adelantó durante la lectura del fallo del premio, el pasado 19 de febrero, que su departamento tiene la intención de modificar la convocatoria para reducir el número de miembros del jurado nombrados por el Gobierno, que aumenten los designados por los críticos y directores de museos y que estén presentes los dos últimos galardonados.

La idea es que ninguno pueda repetir hasta que hayan transcurrido al menos 2 ó 3 años, puedan concurrir los artistas portugueses e incluso se estudia si podrían ser ajenos a la comunidad iberoamericana, y además se pretende que el premio pase de los 90.450 euros actuales a 125.000 euros.