Así lo ha asegurado a Efe el director de la asociación Protégeles, Guillermo Cánovas, quien ha explicado que se trata de denuncias realizadas a través de líneas telefónicas gratuitas que pueden usar los ciudadanos para notificar a la policía o a la Guardia Civil la existencia de este tipo de sitios o de acciones relacionadas con la pedofilia.

De hecho, ante la eficacia de este sistema, la Comisión Europea ha creado una organización internacional (INHOP) que aglutina las líneas de denuncia de la Unión Europea y de otros países como Estados Unidos, Canadá o Australia, y que recibe hasta 900.000 llamadas telefónicas al año para informar sobre actos relacionados con este trastorno sexual.

"Estas líneas son extremadamente efectivas, ya que han proporcionado información a la policía para abrir 159 expedientes en los últimos tres años y localizar a miles de usuarios de pornografía infantil en todo el mundo", ha señalado Cánovas, cuya asociación es la encargada oficialmente en España de gestionar este tipo de llamadas antes de trasladarlas a las autoridades.

Según explica el director de la organización, "el proceso de verificación de las denuncias es muy complejo", ya que supone comprobar muchos aspectos como el país donde está alojado el contenido pedófilo, localización del servidor, legislación de dicho país o edad de los menores que aparecen en las imágenes.

"Hay que analizar si ese contenido es considerado ilegal en el país de origen, ya que hay países donde la exhibición de niños desnudos no es ilegal -como Estados de Europa del Este o Rusia- porque consideran que tiene que observarse una relación sexual explícita", ha destacado.

Cánovas ha añadido que en otros países se tiene en cuenta también el entorno y, "aunque la foto no sea puramente pornográfica, sí se considera ilegal si se halla en páginas con este objetivo".

A su juicio, una de las causas principales que influyen en el incremento de este tipo de delitos es que se está desarrollando una tolerancia social ante la pornografía y una costumbre a visualizarla que hace que deje de ser estimulante para los pedófilos y que recurran a contenidos más fuertes como la pornografía infantil o la violencia sexual.

Por otro lado, Cánovas ha destacado que en España está permitida la redacción de escritos en los que se promueva la pornografía infantil, ya que "no se considera delito la apología de la pedofilia".

"Aunque este tipo de textos pueden influir negativamente en la gente, cambiar su mentalidad y que vean a los niños como objetos sexuales, sólo se penaliza a los autores si se demuestra que con sus textos han provocado un delito", ha advertido.

En su opinión, se trata de "un asunto muy grave porque los pedófilos tienen su primer contacto con otras personas que también padecen este trastorno sexual a través de webs sobre pornografía infantil, pero con contenido sólo textual".

"A partir de estas páginas los pedófilos se ponen en contacto con otros e intercambian vídeos, fotos e información".