El grupo que integra a los editores de literatura infantil ha anunciado que desde el próximo otoño los nuevos títulos que se publiquen llevarán una recomendación de ese tipo.

Más de seiscientos escritores, no todos ellos de literatura infantil y muchos autores de "best-sellers", han firmado ya un escrito de protesta contra esa iniciativa editorial, informa hoy el diario "Financial Times".

En él se califica el proyecto de "mal concebido y dañino para los intereses de los jóvenes lectores".

Los autores rechazan que la aplicación de un sistema de clasificación similar al del cine vaya a ayudar a las ventas, como argumentan los editores.

Éstos han encargado un sondeo entre los libreros y consumidores -tanto niños como adultos- según el cual un 86 por ciento de los que compran ese tipo de libros son favorables al proyecto.

Un 40 por ciento de los encuestados indicó que si los libros llevasen una recomendación de edad, ellos se verían más inclinados a comprarlos.

Según la Asociación de Editores de Literatura Infantil, una medida de ese tipo ayudaría a aumentar las ventas y llevaría la literatura infantil a audiencias más amplias a la vez que daría mayor tranquilidad a los adultos sobre las lecturas de sus hijos.

"Sin esa recomendación, a muchos les resulta más fácil, aunque sea a la vez menos satisfactorio, regalar (al menor) un DVD, un disco compacto o un videojuego", dijo Elaine McQuade, presidenta de esa asociación y directora gerente de Scholastic Children's Books.

Muchos autores consideran, sin embargo, que la recomendación de edad podría alejar a potenciales lectores.

Entre ellos está Philip Pullman, el autor de la popular trilogía "La Materia Oscura", quien afirma que ese proyecto no tiene en cuenta que cada libro constituye en realidad algo único.

"Yo pondré en mi contrato una cláusula negándome a ello, y no me extrañaría que los agentes hicieran de ese tema algo no negociable en cualquier futuro contrato", explica el escritor, citado por el Financial Times.

"Poner una etiqueta en mi obra que diga que es sólo para los niños a partir de los once años es insultar mi obra y mi integridad artística", afirma Pullman, según el cual cualquier narrador se propone como tarea la de ser incluyente, decirle a todo el mundo que escuche lo que quiere contar.

Tampoco está de acuerdo Michael Rosen, poeta y laureado de Literatura Infantil, según el cual ese tipo de iniciativas sólo sirve para fomentar un tipo de "cultura en la que los padres sufren ataques de pánico por lo que sus hijos son o hacen" a determinada edad.