David es uno de los diez miembros de Mayumana que actuará el día 13 de junio en Santiago, en el Multiusos del Sar. Dentro del variado arco que contempla el show de estos polifacéticos artistas, que incluye música, actuaciones y danza, este segoviano se encarga de hacer reír.

¿Dónde reside el secreto para que su espectáculo guste a públicos de todas las edades de todo el mundo?

No sé muy bien cuál es, pero quizás se debe a que el espectáculo tiene mucha energía y a que los que actuamos en él lo hacemos con muchas ganas e ilusión. También es un espectáculo muy virtuoso, en el que todos bailamos, hacemos percusión, cantamos, hacemos reír... Todos estamos ahí, en la misma. Es un espectáculo con muchas horas de trabajo.

¿Han dado con la receta de un espectáculo global?

Sí, en el show cabe cualquier ámbito artístico. Todos unidos por la percusión y el ritmo, que es lo que todos llevamos dentro.

La compañía fue fundada en Israel. ¿Han actuado alguna vez en los países árabes? De momento, no hemos actuado en ningún país árabe. Pero el espectáculo es más internacional que israelita. Si bien es verdad que empezó en Tel Aviv con unos chicos de allí que se juntaron en un bajo de un teatro medio abandonado, podría haber empezado en cualquier otra parte del mundo. Ahora es muy internacional, con gente de 27 nacionalidades.

¿Es fácil entenderse siendo tan variada su procedencia? ¿Son la prueba de que el mundo puede llegar a entenderse?

Pues claro. Lo sentimos todos los días. Es muy divertido, cuando tenemos días de ensayos, vernos comer. Hablas en tres o cuatro idiomas distintos. Lo importante es comunicarse con el otro, de cualquier forma. A nosotros además nos une el idioma artístico, que es el la percusión, el de los ritmos.

Su espectáculo requerirá una forma física excelente.

Sí. Ensayamos cinco horas antes de cada espectáculo y tenemos clases de percusión, de danza, de pilates. Y cuando cada uno está de vacaciones debe cuidarse y no cometer excesos.

Lo más llamativo de su espectáculo es la percusión. Son famosos por usar todo tipo de cosas para hacer sonido, desde ollas a escobas.

Todas las ideas tienen cabida en Mayumana. Somos como hombres-orquesta. Vamos por ahí por los bares muchas veces y nos tienen que pedir que dejemos los cubiertos porque ya está bien de tanto ruido. Cuando aparece algo nuevo, se incorpora. Todo se transforma, incluso de un día para otro.