Glenn Torpy ha ido más allá y ha pedido una explicación de quién autorizó al príncipe Guillermo a acudir a una fiesta de despedida de solteros en helicóptero del Ejército con su hermano y otros amigos.

Según el dominical "The Sunday Times", el mariscal Torpy está indignado por la "estupidez" de que se permitiera un vuelo para fines privados, ya que el paseíto le ha costado al erario público 18.750 euros.

Los hechos sucedieron el 11 de abril el mismo día en el que Guillermo recibió de su padre, el príncipe de Gales, la insignia que le acreditaba como piloto de la RAF, la fuerza aérea británica. Esa misma jornada, el príncipe voló con su helicóptero Chinook hasta Londres y allí recogió a su hermano pequeño, el príncipe Enrique, con quien luego se dirigió a la isla de Wight, donde un primo suyo, Peter Phillips, hijo de la princesa Ana, celebraba su despedida de soltero. Los invitados, entre los que estaba también el jugador de rugby del equipo inglés Mike Tindall, novio de la hermana de Phillips, Zara, recorrieron durante dos días todos los bares y restaurantes de Wight.

La despedida de soltero no fue la única "hazaña" de Guillermo ya que también aterrizó con su Chinook en una finca de sus suegros en el condado de Berkshire. En este caso, el Ministerio de Defensa justificó el aterrizaje "en campos de labor y espacios muy limitados como parte de entrenamiento para conflictos como el de Afganistán".