Invitado de honor en el XXVI Salón Internacional del Cómic de Barcelona que acaba mañana, Moebius ha confesado hoy, en una conferencia de prensa, que aún pretende ser un artista "libre y fuerte".

El autor del mítico western 'El Teniente Blueberry' (revista 'Pilote', 1963) ha revelado que ya desde pequeño adoptó dos maneras de trabajar: cómics o historietas por un lado, y arte, "pero no arte real sino imágenes", por otro. "Un mundo para niños y otro para adultos", ha resumido.

El mundo para adultos sigue siendo para este artista, nacido en 1938 en la localidad francesa de Nogent-sur-Marne, algo "muy lejano" que teme, aunque ha confesado que no puede evitar sentir un "deseo inexplicable" hacia el mundo de los niños.

Una doble manera de "ver y sentir", pues, que Moebius define como "una doble vida artística" que le hizo sentir "la necesidad de no confundir los dos mundos".

A lo largo de su carrera el artista ha utilizado dos firmas diferentes, 'Gir' y 'Moebius', para distinguir entre estos dos mundos y entre dos maneras de entender el arte.

"La firma 'Gir' es algo cerrado por todas partes", explicó Giraud. "Es como el interior de una pistola, que es una caja cerrada pero tiene el cañón, ese tubo que es la dirección para salir hacia la libertad".

En cambio, para el artista, 'Moebius' significa libertad, procede "del estado de ánimo interior, de la inspiración", aunque a veces admite que se siente más libre "en la pistola de 'Gir' que en el desierto de 'Moebius'".

El historietista firmó por primera vez como Moebius en una colaboración con la revista 'Harakiri', en 1963, y desde entonces ha dicho que le sigue sorprendiendo la libertad que le da el nombre a la hora de crear, por lo que siempre encuentra una razón para volverlo a utilizar.

Giraud también tiene otra faceta artística bien reconocida, el cinema, después de haber trabajado en el diseño de producciones tales como 'Alien, el octavo pasajero', 'El quinto elemento' o la adaptación cinematográfica de 'Dune'.

"A nivel emocional cada artista puede alimentarse de varias artes, y en mi caso es el cine. Hay un puente entre el cómic y el cine", ha afirmado Moebius, que ha confesado que la escuela de cine de París le marcó mucho a sus quince años.

Jean Girard sigue gozando todavía hoy en día de ese espíritu creativo de la niñez y admite que "cada dibujo que hago creo que es peor que el siguiente que ya tengo en proyecto".

"Quizá la solución sea dibujar sin proyecto, pero 'escribir' de forma automática es realmente muy difícil. Dibujar es un trabajo muy preciso", ha agregado el artista.

A pesar de la fama y renombre internacional de su obra, con casi setenta años de trayectoria, Moebius ha destacado que llega a sentirse incómodo ante el nuevo mundo del arte y el cómic, y que se siente "débil" enfrente de los artistas más modernos.

En referencia al Salón del Cómic, que culmina hoy, Moebius ha asegurado que se lleva "muy buena impresión" del certamen y que ha tenido la oportunidad de ver "muchos artistas jóvenes, con mucha fuerza".

Según Moebius, en Barcelona se ha visto un cómic "para niños" que valoró como "underground, heavy metal y anarquista".

Se trata del Manga, esta moda llegada desde Japón a la que Giraud teme y a la vez anima a alzarse y luchar contra ella.

"Es un cómic débil, comercial, pero peligroso. Hay que enfrentarse a ellos y hacer algo mejor, porque los japoneses tienen esa mentalidad competitiva". Una última batalla del eterno niño artista.