Ágatha de Santos / VIGO

Comer bien también se aprende y para un correcto aprendizaje nada mejor que la escuela y la familia. Así lo entiende Jesús Román Martínez, presidente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), quien ayer dio en Vigo las claves para una vida saludable, inconcebible sin una alimentación equilibrada, una correcta hidratación y algo de ejercicio.

"De nada sirve que en el colegio pongan al niño pescado y verduras si luego en su casa no se comen, y viceversa", advirtió ayer el presidente de esa sociedad científica, quien aboga por una mayor educación en nutrición para luchar contra problemas como la obesidad. En este sentido, Román Martínez sostiene que una correcta alimentación no sólo consiste en el tipo de productos que se consume, sino en su forma. "El pescado es sanísimo, pero si lo preparas con seis dedos de aceite ya no lo es tanto", afirma.

En su opinión, una dieta equilibrada es aquella que se ajusta a las necesidades de cada persona: edad, actividad física... y que contiene de todo un poco. "Muchas veces decimos que comemos de todo, pero en realidad comemos de todo lo que nos gusta", comenta el presidente de la SEDCA, quien añade que comer alimentos variados es un hábito que se adquiere. "Es como lavarte los dientes", apunta.

Según Román, la alimentación en los comedores escolares, un servicio cada vez más demandado, "es peor de lo que debiera" y muy dispar. "Depende de la sensibilidad que tengan cada gobierno autonómico, ayuntamiento, empresa concesionaria del servicio o el propio centro educativo. Los menús dependen en muchas ocasiones de una persona", asegura. En muchos de ellos, el pescado, la fruta y la verdura no están presentes lo suficiente en los menús semanales de los escolares. Para corregir este defecto, la SEDCA acaba de publicar el "Libro blanco de la alimentación escolar", donde también tiene en cuenta que algunos de los niños también necesitan dietas especiales por motivos de alergias y otras enfermedades.

Según Román, lo que sí parecen tener en común los centros de enseñanza españoles es la falta de un dietista, la persona encargada de confeccionar los menús, una figura que en otros países como en Francia está presente en todos los centros educativos. "Aunque la carrera de dietista tiene 30 años en países como Argentina, en España es algo nuevo, con diez o doce años. Tampoco en la Seguridad Social se le presta la atención que debiera", comenta.

En su opinión, en España se presume de comer bien, aunque esto no sea del todo cierto, algo que constata el aumento de casos de obesidad y anorexia, dos trastornos alimentarios con tendencia al alza. "Si no se trabaja en su prevención seguirán aumentando como en otros países de nuestro entorno", advierte. Y contra estos problemas, la educación en hábitos saludables es la única respuesta efectiva.

"El problema es que estamos perdiendo el hábito tradicional; cambiando el puchero de toda la vida por las patatas fritas. Y tampoco hacemos ejercicio. Antes íbamos a picar al campo; ahora nos pasamos en tiempo delante del televisor", comenta.

En su opinión, no toda la culpa de la obesidad la tiene la "comida basura". "La hamburguesa no tiene por qué no ser sana; otra cosa es comerla todos los días", sentencia. Por ello, tampoco el prohibir las máquinas expendedoras de bollería en los colegios es la panacea. "Para que esta medida sea efectiva hay que apoyarla con un programa educativo y un seguimiento como se ha hecho en Francia o en California", asegura.

Sin embargo, Román añade que en España se ha avanzado mucho en cuanto a nutrición en los últimos años y prueba de ello es la puesta en marcha de la Estrategia NAOS -Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y prevención de la Obesidad-, en la que se enmarcó la conferencia organizada por la Unión Cívica de Consumidores.