Convertir la librería en un espacio dinámico y en el lugar de encuentro de lectores marcará el futuro de los puntos de venta de libros. Así lo cree Jaime Corral, Presidente de la Federación Galega de Libreiros. "Tenemos que aprovechar los puntos dedicados a los libros y dinamizarlos, además de mejorar la exposición del fondo editorial. No podemos ofrecer sólo best sellers", apunta. La federación que preside celebrará hoy la entrega del Premio Irmandade do Libro 2008 en el Club Náutico de Sanxenxo a las 22.15 horas.

Para Corral, la librería tiene que establecer una independencia con respecto a las nuevas tecnologías y la incursión de los libros digitales. "Las cosas cambian y es inevitable que la estructura del libro tradicional no sufra cambios, porque no puede quedarse fuera de juego, y esto viene marcado por las reformas complementarias de cultura y ocio de los locales".

Aunque el índice de lectura ha bajado en el último año en Galicia, Jaime Corral opina que "nunca se ha leído tanto como ahora. Además, el 70 por ciento de los lectores gallegos es gente joven, un dato positivo que augura un buen futuro para este sector". En este sentido, no relaciona las cifras con la oferta editorial, ya que "no hay motivo para no leer, porque el catálogo de libros es excesivo y para todos los gustos", señala. La Ley del Libro, el fomento de la lectura y la dotación histórica de las bibliotecas "ayudará a cambiar en breve esta tendencia, a la que han ayudado fenómenos como `Harry Potter´ o `El señor de los anillos´", añade.

La formación, la profesionalidad, la atención al cliente y los servicios que ofrezcan los cerca de 700 puntos de venta de libros que hay en Galicia "solucionarán los problemas y las competencias que tenemos" y con las que las librerías tradicionales pretenden diferenciarse de sus competidores gigantes: los grandes almacenes, "que olvidan el fondo editorial y sólo se centran en adquirir grandes publicaciones".

Por lo general, el presidente de los libreros se encuentra con lectores "que se dejan aconsejar en función de sus gustos" y reconoce que son los propios vendedores los que menos tiempo tienen para leer. "Al estar preocupados por la parte comercial del negocio, como la venta o la selección de libros, no disponemos del tiempo que nos gustaría para dedicarle a los libros", admite. Además, considera que los clientes "tienen que tocar y hojear el libro para familiarizarse con él antes de la compra".

Jaime Corral define el perfil del librero como un hombre, de mediana edad, amante de los libros, muy concienciado con la sociedad y comprometido con la cultura. "En estos momentos estamos asistiendo a un relevo generacional muy importante de jóvenes y mujeres en las librerías", confiesa.

Entre las últimas medidas que están adoptando las librerías está la puesta en marcha de los programas informáticos `Sinli´ y `Segal en red´, herramientas "que ayudan a mejorar nuestro trabajo", apunta.