El premio, que cumple este año su séptima edición, y que está instituido por el Ejecutivo Foral y por Caja Laboral, pretende, ha dicho Sanz, destacar el espíritu y la obra de quienes "han hecho de la solidaridad su bandera y dedican lo mejor de sí" para que otros ciudadanos del mundo mejoren su situación.

Sanz ha querido también reconocer la "gran labor" que han realizado las galardonadas, ya que aunque hay un consenso internacional y medidas que consideran estas prácticas una "violación fundamental" de los derechos de la mujer, dichas decisiones no serían realidad sin el trabajo realizado desde la base, en contacto directo con las mujeres y el resto de la sociedad.

En el acto de entrega del premio han intervenido también Miguel Indurain, presidente del jurado, y la consejera de Asuntos Sociales, miembro asimismo de dicho jurado, Isabel García Malo, quien ha presentado la figura de las dos premiadas.

De Mama Samateh, presidenta y socia fundadora de la Asociación Mujeres Anti-Mutilación, que lleva trabajando contra la mutilación genital femenina desde que se afincó en Cataluña en 1983, García Malo ha destacado "su coraje y su fortaleza".

Samateh ha señalado tras recibir el premio que hay un mal entendimiento sobre esta práctica, que "nada tiene que ver" con la religión, sino que está relacionada con la cultura.

Por su parte, Adriana Kaplan ha recogido el premio como presidenta de la ONG premiada, constituida en 2002 y con sedes en Cataluña, donde demográficamente es mayor la población en riesgo de sufrir este tipo de mutilación, y en Gambia, uno de los países africanos exportadores de esta práctica con mayor relevancia, ya que el 80% de las mujeres de este país la ha padecido.

Kaplan ha calificado esta práctica de problema de salud que trasciende el marco "puramente asistencial" y en el que confluyen la vulneración de los derechos humanos, la necesidad de un abordaje trascultural de cuestiones "íntimamente ligadas a la identidad de las personas" y el "compromiso moral" de evitar unas prácticas que implican el "trato discriminatorio y degradante hacia las mujeres".

Por su parte, García Malo ha señalado cómo estas prácticas afectan a un número de niñas y mujeres que oscila entre 100 y 140 millones y ha subrayado que estas mutilaciones van en aumento también entre mujeres inmigrantes en distintos países, incluidos los de Europa occidental.