En Los Ángeles, una ciudad donde hay más "paparazzis" que farolas, los concejales y la policía no se ponen de acuerdo a la hora de fijar los límites que deben respetar estos profesionales, siempre a la caza del famoso.

El origen de una nueva propuesta de ley a cargo de los legisladores angelinos se encuentra en la hospitalización en enero de la cantante Britney Spears.

El contingente policial que protegió del acoso de los fotógrafos a la ambulancia en la que fue llevada la artista desde su residencia hasta un centro médico originó un gasto de 25.000 dólares, dinero procedente del contribuyente.

A partir de ahí, surgió una ordenanza ideada por el edil Dennis Zine, que busca establecer controles mucho más estrictos sobre los "paparazzis" con la creación de un "perímetro de seguridad" para las celebridades, que prohíba a los fotógrafos acercarse demasiado a esas figuras públicas.

Todo un alivio para las Paris Hilton y Lindsay Lohan de turno, aunque de momento la iniciativa no tiene visos de salir adelante por más que las estrellas de Hollywood suspiren por ello.

El Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) aseguró que esa petición, calificada como "inviable", violaría derechos constitucionales -la protección a todos los ciudadanos por igual-, por lo que urgió a los legisladores a no apoyarla.

En un informe presentado el martes a la Comisión de la Policía, el jefe del Departamento, William Bratton, sostiene que las medidas vigentes en relación a los "paparazzis" son suficientes siempre y cuando se apliquen tal y como están fijadas.

Esas leyes contemplan multas y cárcel por exceso de velocidad, cruzar las calles indebidamente o posibles agresiones. "Las leyes actuales deberían disuadir a los 'paparazzis' de crear circunstancias potencialmente peligrosas para la vida de los sujetos que son fotografiados y/o de la comunidad que los rodea", escribió Bratton.

El jefe de la autoridad local también expresó sus dudas ante la validez de la proposición en el sentido de que, si llega a ser aprobada, habría que definir quién es una celebridad y quién es un "paparazzi". "¿Requieren todas las celebridades la misma protección?", se preguntó Bratton en el informe, y considera que "la formulación de la propuesta puede ser demasiado ambigua como para acometerla".

Además, según añadió, la norma crearía una desigualdad que favorecería a las celebridades sobre el público en general. Esta posición de la policía local supone un serio contratiempo para las pretensiones de los concejales de la ciudad, que insisten en denunciar la situación actual que se vive cada día en las calles de la urbe californiana.

"El Departamento de Policía publica un informe en el que dice que tenemos leyes que prohíben ir rápido, que se no se puede conducir de forma temeraria, que no se puede aparcar en zona roja... ya sabemos que esas leyes existen", dijo Zine, un antiguo miembro del cuerpo, a la cadena de televisión local ABC7. "Eso no está impidiendo que los 'paparazzis' -se calcula que entre 300 y 400 siguen a diario a los famosos- sigan causando el caos en la comunidad", agregó el edil.

Por su parte, la Comisión de Policía de Los Ángeles votó a favor de aprobar la recomendación redactada por Bratton, enviarla al Concejo de la ciudad y vetar el texto de Zine, cuya propuesta aún no tiene fecha para ser debatida en el comité. "Necesitamos secciones específicas dentro de la ley que se refieran en concreto a los 'paparazzis'", explicó Zine.

"¿Qué hacemos la próxima vez que Britney Spears tenga que ir al hospital? ¿Nos gastamos otros 25.000 dólares y desplegamos de nuevo los mismos recursos policiales?", se preguntó. Mientras la batalla continúa su curso, grupos en defensa de los derechos civiles, liderados por la Unión Americana por las Libertades Civiles (ACLU), se han mostrado en contra de las pretensiones de Zine.

"Cualquier propuesta específica que sólo afecte a los 'paparazzis' infringiría la libertad de prensa", aseguró a Efe Peter Bibring, abogado de ACLU en el sur de California, y añadió que "al excluir a los demás reporteros, iría en contra de la primera enmienda" de la Constitución de Estados Unidos.