Cientos de personas se han dado cita esta tarde a través de internet y de mensajes de móvil en la madrileña estación de Atocha con la intención de quedarse "congelados" en una determinada postura durante cinco minutos.

Sobre las 20:30 horas el sonido de un silbato dio comienzo a esos eternos cinco minutos durante los cuales los convocados intentaron mantener -unos con mayor éxito que otros- distintas y estudiadas posturas.

Gente haciendo fotografías, indicando una dirección, sacando un billete de tren, leyendo un libro... y todos "congelados", mientras que numerosos viajeros, la mayoría con bastante prisa, intentaban sortear a los improvisados mimos.

Después de los cinco minutos, otro silbido daba por finalizada la "congelación colectiva".

"Lo más complicado era evitar parpadear cuando te empezaban a llorar los ojos", apuntaba una joven que tuvo conocimiento de la convocatoria a través de internet.