- 2007 y 2008, dos años, dos discos, ¿no le estresa?

- Puede ser que me estrese un poco por lo que conlleva: la promoción, la gira a tope... Pero yo me pasaría haciendo discos todo el año. Llevo un mes de promoción y eso te quita mucho tiempo. Yo estoy toda la mañana haciendo entrevistas de diez y media a dos. En este tiempo, estoy perdiendo de hacer canciones.

- Me está haciendo sentir culpable...

- Noooo... El trabajo de músico no sólo es el placer de componer canciones. La otra parte del trabajo es esto y hay que asumirlo.

- En este disco, lo noto como una alma sufridora. ¿Realmente es así o estamos ante un poeta fingidor como Pessoa?

- Mis discos no son una descripción de mi persona. Por otra parte, todo el mundo se siente solo alguna vez. Quizás, uno escribe más cuando le pasan estas cosas porque al escribirlo sabes que te comunicas contigo y con nadie más. Escribir es una vía de escape. Si el disco fuese una descripción mía, lo sería sólo de una parte.

- ¿Madrid es realmente su hogar?

- Es mi hogar porque llevo diez años aquí viviendo pero mi lugar está en mi casa, en la gente que quiero, en la música que escucho, mis libros... Me considero un hombre del mundo.