"Me niego a que sea una forma nueva de organización del trabajo pero sólo para mujeres", comenta Josefa Solá, de la Secretaría Confederal de Coordinación de Negociación Colectiva de UGT. "Sirve para hombres y mujeres", insiste.

Solá recalca que el teletrabajo supone un paso adelante en la organización de las empresas, y que acogerse a su práctica debe ser siempre "voluntaria y reversible". "En ningún caso -continúa- puede haber pérdida de derechos. Las condiciones deben ser las mismas para quienes decidan trabajan en casa o en la oficina. Nunca puede ser una opción exclusivamente para la mujer".

Así lo entienden también en la Federación de Mujeres Progresistas. "En principio -dijo a EFE Rosa Durango, técnico del área de empleo de la FMP- lo valoramos positivamente, pero no puede significar que la mujer siga asumiendo además toda la carga del trabajo en casa".

Corresponsabilidad es para la FMP palabra clave. "Que hombres y mujeres se responsabilicen a partes iguales en el cuidado de los hijos y el hogar. Que por ser mujer una trabajadora no se vea en la obligación de acogerse al teletrabajo".

Julián Isla, de Microsoft, lo practica desde hace casi cinco años. Su trabajo en casa varios días a la semana -su esposa también es teletrabajadora- le permite, entre otras muchas cosas, llevar y recoger a sus hijos del colegio.