Subida a los escenarios desde que tenía 13 años, la británica Leona Lewis, que acaba de cumplir los 22, encandiló al público de su país interpretando canciones de Whitney Houston y Mariah Carey, lo que fue suficiente para iniciar una meteórica carrera discográfica en la que demuestra tener "una voz propia y un estilo único", apunta a Efe la debutante.

Asegura que, a pesar de su inexperiencia y de estar respaldada por un concurso de televisión, gozó de "total libertad para que todo fluyera con completa naturalidad a la hora de preparar este álbum", del que ya ha vendido más de tres millones de copias y que presentó con la balada "Bleeding love", primer sencillo del mismo escrito por Ryan Tender de One Republic, otro joven compositor de moda en el mundo anglosajón gracias a su tema "Apologize".

"Aún quedan países por conquistar", anuncia esta cantante, que ya ha editado "Spirit" en España y que acaba de lograr el número 1 en el Hot 100 del Billboard, un privilegio difícil de conseguir para un artista no estadounidense, en especial si es principiante como es su caso.

Para proclamar la independencia de estilo de la cantante, "Spirit", grabado en Londres, Atlanta, Miami y Los Angeles, cuenta con un amplio abanico de productores como la estrella del rhythm and blues Ne-Yo o el cazatalentos Clive Davis, descubridor de Alicia Keys o de la propia Whitney Houston, en buena parte responsables de su éxito en Estados Unidos.

De esta forma, además de baladas, Leona Lewis pone su voz al servicio de ritmos bailables en este trabajo discográfico cuya grabación tuvo que posponer durante meses, explica, por la gira que tenía comprometida con "X-Factor".

Ahora sólo le queda lograr el respeto crítico ya que, a pesar de haber obtenido cuatro candidaturas en la reciente edición de los Brit Awards, los premios de la música británica, tuvo que ver cómo se los arrebataban dos de sus compañeras de generación, Kate Nash -mejor artista británica femenina- y Adele -premio de la crítica- a las que, por supuesto, no guarda "ningún rencor".