Tui es escenario de una efemérides artística centrada en la figura de un gran escultor, Juan Oliveira Vieitez, el señor de los caballos, autor del emblemático monumento de la plaza de España de Vigo. Treinta y tres de sus obras, en mediano formato, se presentan en una exposición retrospectiva que permanecerá abierta hasta el próximo domingo, día 24 de junio, en el edificio tudense del Área Panorámica.

La Cámara de Comercio de Tui organiza esta muestra dentro del programa de celebración de su centenario y en homenaje al carismático artista, fallecido en el año 2002, que presidió esta entidad cameral durante diez años (de 1959 a 1969) en su calidad de empresario de una fábrica de galletas.

Caballos recreados en bronce, en posturas que muestran toda la belleza de su casta, son la temática común de estas creaciones cedidas por instituciones y particulares para esta exposición.

En las paredes, enormes paneles presentan a Oliveira hablando, a Oliveira en plena tarea, en plena fase creativa en su taller, escudriñando la forma de dejar casi suspendidos en el aire a los equinos en esa libertad que siempre imaginó.

"Realmente yo creo que tienes que tener un talento para ser artista, porque sin talento no hay labor creacional, y el artista tiene que ser un creador, un inventor de lo que hace", dice una de las citas de Oliveira escrita en un panel y que recoge esta exposición retrospectiva

Sus pensamientos

Se citan así algunos de sus pensamientos. "Un caballo... es tal pasión que siento por ellos, esa armonía de movimientos, una plástica tan perfecta... que al crearlos yo mismo me integro en ellos, en su espíritu y alma... para inventarlos y reconstruirlos, para que salten más" dijo en vida, en alguna ocasión, el genio que tenía su refugio en Pazos de Reis (Tui). Como si de una premonición se tratase, en los últimos tiempos insistía en que "nunca pensé en dejar el arte, es apasionante; tengo 72 años y moriré con las botas puestas". Así lo leen ahora los muchos visitantes, incluidos escolares que pasan por estas salas para no perder la oportunidad, quizás única, de ver reunida parte la amplia obra del gran escultor.

Nacido en 1922 dentro de una familia de clase media, Oliveira estudió bachillerato con los Jesuitas en Mondariz y Vigo e Ingeniería Industrial en Madrid. Hasta los cuarenta años dirige la empresa familiar de fabricación de galletas. Es a esta edad (1969) cuando realiza su primera escultura y desde entonces se dedica por entero a esta actividad. Ese mismo año se dio a conocer como escultor ganando la Bienal de Arte de Pontevedra, consiguiendo, al año siguiente, la Medalla de Oro. En 2001, la Xunta de Galicia le concedió la Medalla Castelao. Su última obra es el Monumento a Alfonso IX, en bronce, para Baiona (Pontevedra) y que es la única obra no ecuestre del escultor tudense.