Espín Guillois falleció el lunes pasado en La Habana a los 77 años tras el agravamiento de una larga enfermedad cuya naturaleza no ha sido desvelada oficialmente.

Atendiendo a sus deseos, fue incinerada el mismo día y sus cenizas fueron inhumadas hoy con honores militares en una ceremonia familiar en el Mausoleo del Segundo Frente Oriental Frank País, en la Sierra Maestra (oriente), cuna de la revolución cubana.

A la ceremonia asistieron, además de Raúl Castro, los cuatro hijos de la pareja y sus ocho nietos, así como compañeros y amigos de Vilma Espín.

El líder cubano, Fidel Castro, convaleciente de una grave enfermedad intestinal que le obligó a delegar el poder en su hermano Raúl el pasado 31 de julio, envió una ofrenda floral, que se sumó a las enviadas por la familia y diversas organizaciones del país.

La banda de música del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y un pelotón de mujeres cadetes rindió honores militares a Espín, que durante años desempeñó un discreto papel como primera dama de Cuba.

El promontorio donde fueron inhumadas sus cenizas se encuentra frente al lugar donde se enterraron en marzo de 2005 los restos del bailarín español Antonio Gades, amigo de Raúl Castro y simpatizante de la revolución cubana.

El Mausoleo, situado a unos 60 kilómetros de Santiago de Cuba, alberga los restos de más de 200 combatientes rebeldes.

Vilma Espín fue despedida como "heroína" de Cuba con 26 horas de duelo oficial y homenajes en todo el país que concluyeron el martes con una ceremonia solemne en el teatro Karl Marx de La Habana a la que asistió Raúl Castro acompañado de sus hijos y de buena parte del gobierno y los dirigentes del Partido Comunista de Cuba.

Casada con Raúl Castro poco después del triunfo de la revolución, en 1959, Vilma Espín fue una de las últimas representantes de una generación de mujeres revolucionarias que marcaron la historia reciente de Cuba.

Fue presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) desde 1960 y miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, cargos desde los que se convirtió en una de las mujeres con más peso político de la revolución.