Con un retraso de 25 minutos y aún mucho público esperando para acceder al recinto apareció Bosé para interpretar "Sereno", que encadenó con "Duende" y "Nena", tema con el que el cantante comenzó a desplegar su particular coreografía, totalmente arropado por un público en el que se mezclaban varias generaciones.

Tras dar las "gracias a todos y cada uno" de los presentes por hacer posibles tres décadas sobre los escenarios, Bosé anunció que sería "una noche inolvidable" que se convertirá en el futuro en un CD y DVD del concierto en directo.

Bosé retomó el repertorio con la canción con la que dijo que comenzaba su "retrato" y su "carrera": "El hijo del capitán trueno", y prosiguió con "Bambú", en la que, pese a su madurez, provocó a sus fans con sus movimientos de cadera y despojándose de la chaqueta negra que lucía.

Tras "Gulliver" y "Salamandra" llegó el primero de los grandes momentos de la noche cuando el cantante entonó "Sevilla", que consiguió levantar a todo el público de Las Ventas y sacar al Bosé en estado puro, abanico en mano incluido.

Con el ambiente caldeado en sólo 30 minutos de concierto, apareció en el escenario del coso madrileño Leonor Watling, la primera de los muchos amigos que acompañaron al artista en esta noche y con la que compartió "Este mundo va mirarte".

En este espectáculo en el que el público elige cada noche las canciones que quiere escuchar, también hubo sitio para "Partisano" y "Sol forastero", tema con el que concluyó una primera parte en la que primaron los temas movidos.

Más tarde, sentado en una escalera, Bosé encadenó títulos más románticos como "Amiga", "Teorema", "Creo en ti", "Morir de amor" y "Linda", que constituyeron otro de los momentos memorables del recital con toda la plaza entonando estos éxitos.

Pero, si aún quedaba algún espectador sentado se levantó con "Don diablo" y "Super superman", con las que sus seguidores no pararon de bailar emulando los movimientos de Bosé.

Posteriormente el cantante interpretó "Te amaré" y "Los chicos no lloran", justo antes de que apareciera el segundo invitado de la noche, Rafa Sánchez -vocalista del grupo La Unión-, con el que cantó "Con las manos vacías".

A este dúo le seguiría éxitos más actuales como "Morenamía", en una versión semi-reagueton, y "Como un lobo", que interpretó con su sobrina Bimba Bosé.

A punto de alcanzar las dos hora del recital llegaron "Si tu no vuelves" y "Nada particular", con la que Bosé pretendía concluir el concierto.

Este tema sacó la parte más reivindicativa del cantante, que recordó una de las causas solidarias con las que colabora, Intermón Oxfam; reiteró su posición de "no a la guerra" e instó al publico madrileño a no dejar "de cantar por esta causa", mensaje con el que abandonó el escenario.

Tras unos minutos y con sus fans pidiendo bises y añorando escuchar clásicos que Bosé aún no había entonado, el artista reapareció esta vez, de blanco y con un tono más sosegado, con títulos como "La belleza" y "Olvídame tú", que nuevamente sus seguidores cantaron a gritos.

Con el concierto prácticamente tocando a su fin el cantante anunció más sorpresas para presentar a Ana Torroja, con la que hace años compartió gira y que anoche cantó a dúo "Corazones".

Pero, sin duda, todos los presentes esperaban el que podría ser el emblema de Miguel Bosé: "Bandido", que interpretó junto a Alaska, la última invitada de la noche.

Desenfrenado sobre el escenario, con la mano en lo alto y girando en el aire, Bosé y Alaska consiguieron volver a poner en pie a la totalidad del público de Las Ventas que, a diferencia de lo que ocurre con otros artistas, no saltan con el cantante sino que interpretan sus canciones.

Siguiendo con el clima creado en "Bandido", Miguel Bosé se despidió definitivamente de Madrid con "Nena", ya totalmente solo en el escenario.

La gira "Papitour", que comenzó a principios de mayo en Almería, llevará al cantante por gran parte de la geografía nacional hasta el otoño, momento en el que Bosé viajará a América para conmemorar allí estos 30 años de éxito.