Desde la caída de la Unión Soviética en 1991, la selección española jamás perdió con Rusia, su próximo rival en octavos. Y con la URSS, la Roja solo perdió una vez, en Moscú, en la fase de preparación de la Eurocopa de 1972 (2-1). En la vuelta, empataron (0-0). En el cómputo global: seis victorias, tres empates y una derrota.

España se impuso en la final de 1964 al equipo soviético del mítico portero Lev Yashin (2-1). Ya en 1986, España ganó a la URSS en 1986 (2-0), en Las Palmas y ya a Rusia en 1998 (1-0) en el debut de Camacho en el banquillo. Los mejores recuerdos fueron en 2008, en la Eurocopa. Los de Luis Aragonés vapulearon a Rusia en grupos (4-1) y en las semifinales (3-0).

España es un país de supersticiones. Está la maldición del debut, de los cuartos de final, y ahora toca la de los anfitriones. La selección juega en octavos contra Rusia y contra la historia. La Roja nunca ha logrado ganar un partido ante el organizador de un Mundial o de una Eurocopa. En nueve precedentes, fueron cuatro empates -contando el desempate contra Italia en 1934- y cinco derrotas. El éxito de todo un país depende de marcar más goles que Rusia, cuando España lleva más de medio siglo sin mojar ante un organizador. La última vez fue en Brasil, en 1950, y perdió 6-1.

La mala pata contra los de casa hunde sus raíces en tiempos de la Segunda República, contra Italia en 1934. El partido fue una guerra, con 11 lesionados -siete españoles y cuatro italianos-, y la perdieron los que las iban a perder siempre. Encima, eran cuartos de final. España se adelantó con gol de Luis Regueiro, en Florencia. Ferrari empató para la Italia fascista. Al día siguiente se jugó un partido de desempate. España, plagada de bajas, entre ellas de Ricardo Zamora, con varias costillas rotas, perdió 1-0. Con Giuseppe Meazza, que marcó el gol, empezó todo. Y hasta hoy sigue la maldición.

La siguiente pifia sería en el Mundial de Brasil, en 1950. Hasta la época moderna, fue lo más cerca que estuvo España de una final. Si bien, en Maracaná con 150.000 espectadores, la Canarinha despedazó 6-1 a la selección..

A partir de 1980, el drama se extendería a las Eurocopas. En la de 1980, la selección no pasó del empate en el debut contra Italia. Fue eliminada en grupos, tras perder contra Bélgica e Inglaterra. Casi cambia la historia, en París, cuatro años después. Sin embargo, el balón de Platini que se le escapa a Arconada provocó que Francia se llevara su torneo (2-0). En Alemania 88 e Inglaterra 1996, la tragedia se repitió. En la primera, en Munich, España apenas hizo cosquillas a los germanos. Y en Wembley, en los penaltis, el equipo nacional perdió en cuartos con los británicos.

Ya en este siglo, nadie olvida los cuartos contra Corea del Sur en 2002. Tras ver cómo a España le anulaban dos goles legales, los asiáticos pasaron en los penaltis, tras el empate inicial. El último descalabro fue en 2004, cuando Portugal, en la Eurocopa, apeó a La Roja en la fase de grupos.