El dolor es tan antiguo como el propio ser humano. Pero ni a todos les duele lo mismo ni lo hace con la misma intensidad.

Pero además de las diferencias individuales, los expertos manejan análisis suficientes para afirmar que el dolor no es igual en los hombres que en las mujeres.

De hecho, la Sociedad Española del Dolor (SED) señala:

  1. El perfil más frecuente de persona con dolor en España corresponde a una mujer de 46 años.
  2. Los especialistas indican que dos de cada tres pacientes que lo sufren son mujeres.

Pero ¿cuál es la razón de esta diferencia?

Pues tiene mucho que ver con las dolencias. Y como explica Inés Losa, miembro de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP)

"Las patologías crónicas que ocasionan dolor a un mayor número de personas son

Y todas ellas tienen más prevalencia en mujeres". 

Pero todavía hay más:

  • Enfermedades femeninas como la endometriosis
  • Síndromes que solo afectan a las mujeres, como el síndrome de Turner y el síndrome de Rett
  • Alta prevalencia de mujeres que sufren enfermedades autoinmunes

Todo ello son datos sobrados y que ponen de manifiesto la necesidad de prestar atención al dolor que sufren las mujeres. 

Así, tal y como subraya el doctor Carlos Goicoechea, catedrático en Farmacología y vicepresidente de la SED:

  • "Tenemos que hacer visible el dolor de la mujer como un dolor significativamente diferente al del hombre".

Este experto explica que existen diferencias sexuales y de género que van a hacer que la interpretación por parte del paciente, e incluso por el médico, sea diferente.

El perfil más frecuente de persona con dolor en España corresponde a una mujer de 46 años.

Diferencias de sexo en el diagnóstico y la investigación del dolor

Los expertos en dolor coinciden en que hay un sesgo de sexo en la atención a personas con dolor crónico. Llosa ha asegurado que:

  • "Las mujeres tardan una media de seis años en ser diagnosticadas, mientras que los hombres solo tardan tres".

Pero este sesgo no sólo se produce en el ámbito clínico, sino también en el de la investigación. No ha sido hasta el siglo XXI, cuando casi se ha hecho obligatorio estudiar el dolor de animales de ambos sexos. 

Como afirma el vicepresidente de la SED:

  • "Es increíble saber que el dolor crónico afecta más a las mujeres que a los hombres y, sin embargo, tradicionalmente los estudios de investigación en animales siempre se han hecho en machos".

El reciente cambio de este paradigma es para el doctor Goicoechea "un paso hacia adelante, porque va a tener repercusión clínica a corto plazo, en la forma de obtener medicamentos y en la forma de tratar a los pacientes".

Las mujeres sufren más enfermedades que provocan dolor

La doctora Madariaga comenta que “las diferencias en aspectos biológicos, psicológicos y sociales que suponen el género y el sexo de cada persona están de plena actualidad y son objeto creciente de estudio por parte de la ciencia”. 

Y esto es una buena noticia para la salud femenina.

Madariaga concluye que:

  • "Las mujeres sufrimos más enfermedades que cursan con dolor y lo sufrimos con más intensidad al tener un umbral del dolor más bajo. Los analgésicos potentes disponibles son menos efectivos en nuestro género / sexo, y cultural y socialmente lo aceptamos sin pedir ayuda, por lo que dar visibilidad a esta diferencia es más que necesario".

Las mujeres sufren más enfermedades que provocan dolor.

La barrera del diagnóstico

En España hay casi 7 millones de personas mayores de 16 años, un 17% de la población, que padecen dolor crónico. De ellas

  • El 11% tendría dolor crónico discapacitante
  • El 6% no discapacitante. 

Un dolor crónico que, según la representante de las organizaciones de pacientes, afecta a:

  • "Su salud emocional (el 70% sufre ansiedad o depresión)
  • Su autonomía (6 de cada 10 manifiestan problemas para caminar)
  • El desarrollo de sus actividades cotidianas (4 de cada 10 tiene limitaciones al asearse y/o vestirse)
  • El ámbito laboral y formativo (rendimiento laboral o académico menor de lo habitual: un 22% de bajas y una media de días de baja anuales que alcanza los 47)”.

Inés Llosa, asegura que actualmente los pacientes con dolor crónico tienen “barreras en el acceso al diagnóstico, en el circuito de derivación de éstos a las unidades de dolor, que sólo están implantadas en el 23% de los hospitales públicos, y en el manejo, ya que no se aborda como un problema de salud en sí mismo”. 

Es por todo ello que incide en la prevención y en la necesidad de contar con un “sistema mucho más flexible y que se adapte a la complejidad del paciente crónico con dolor”.