Julia Fernández-Renau, nutricionista: «No es normal que haya alimentos que no puedan entrar en tu casa»

La profesional ha compartido algunas «verdades incómodas que seguro que alguien necesita escuchar»

Croissants.

Croissants. / Pablo Solares

Seguramente, con la llegada inminente del verano, muchas personas estén con la cantinela de la 'operación bikini', pensando en los kilos de más o en la comida que 'no deberían' tomar. Todo esto podría parecer una preocupación por la salud, pero en el fondo podría desvelar una relación con la comida poco saludable.

Los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) son enfermedades mentales graves que conllevan alteraciones de la conducta alimentaria en los que la persona afectada muestra una fuerte preocupación por su peso, su imagen corporal y su alimentación, entre otros factores.

En España existen alrededor de 400.000 casos de personas que sufren estos trastornos, según los últimos datos de la Asociación TCA Aragón. Y aunque una mala relación con la comida no siempre significa que exista un diagnóstico de TCA, es importante prevenirlos trabajando en nuestra autoestima y en cómo nos alimentamos.

Verdades incómodas sobre la alimentación

La nutricionista Julia Fernández-Renau es una de las tantas profesionales del sector que se define como una nutricionista 'antidieta'. Es decir, en vez de orientar a sus pacientes hacia la mera transformación de su cuerpo, intenta ayudarlas a construir una buena relación con la comida desde la base.

La nutricionista emplea también las redes sociales para la divulgación de su mensaje. Así, en una de sus publicaciones decidió abordar algunas «verdades incómodas que seguro que alguien necesita escuchar» sobre este tema.

Fernández-Renau afirma que «no es normal que haya alimentos que no puedan entrar en tu casa». Piensa en todas las veces que rechazas comprar un bote de Nocilla o unos bollos porque si no, crees que los devorarás sin control. Lo cierto es que, como explica, «cuanto más restrinjas un alimento, más te va a apetecer».

Además, la profesional reconoce que tampoco es normal «pensar en comida más de cinco minutos al día» o que te entre «ansiedad por la tarde». Esto podría ser un síntoma de que «no has comido lo suficiente a lo largo del día» y, en realidad, «es hambre».

«La adicción al azúcar no existe. Si al final del día el cuerpo te pide picos, pan, dulces...quizá es que no le has metido suficientes carbohidratos a lo largo del día», concluye Julia Fernández-Renau.

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