El cardiólogo José Abellán explica qué pasa cuando desayunamos galletas: «Le sienta mal a nuestro sistema»

El experto detalla qué efecto tiene su consumo en una conversación sobre divulgación científica

Una taza de café con leche y galletas.

Una taza de café con leche y galletas. / Envato

La importancia del desayuno en nuestra dieta diaria es algo que casi todo el mundo tiene claro. Sin embargo lo que no siempre está tan definido es qué alimentos son realmente adecuados para empezar bien el día y cuáles pueden ser perjudiciales.

En este sentido, resulta fundamental acudir a médicos y especialistas que nos ayuden a organizar de forma saludable nuestras comidas y menús semanales, adaptados a nuestras necesidades.

Precisamente en una reciente conversación en el podcast 'La Gata de Schrödinger', el cardiólogo José Abellán, especialista en riesgo cardiovascular, hacía un aporte muy relevante sobre los alimentos ultraprocesados y su impacto en la salud poniendo especial atención en las galletas, uno de los productos más consumidos en los desayunos españoles.

Desayunar galletas

Durante la entrevista Abellán explicaba que nuestro cuerpo está diseñado para digerir alimentos completos, pero las galletas (que son ultraprocesados) no encajan en esa categoría.

Están formadas por partes de muchos alimentos mezclados de tal manera que “hackean” nuestro sistema del gusto y de la saciedad, es decir, alteran la sensación natural de saciedad y nos impulsan a comer más de lo que realmente necesitamos.

El cardiólogo puso un ejemplo para ilustrar su punto: si alguien estuviera en la selva y comiera tres galletas al día, probablemente no sufriría inflamación ni tendría mayor riesgo cardiovascular. Pero en el mundo actual, donde la disponibilidad y el consumo de estos productos son constantes, este tipo de alimentos genera picos de glucosa que el organismo debe metabolizar repetidamente.

Este proceso según Abellán desestabiliza nuestro cuerpo y favorece el almacenamiento excesivo de grasa, lo que a su vez produce inflamación. Esta inflamación crónica “le sienta mal a nuestro sistema cardiovascular y a nuestro sistema inmune”. Además señalaba que esa resistencia temporal a la insulina que se desarrolla por estos picos glucémicos es también un factor que contribuye al deterioro de la salud.

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