Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Cuatro hábitos sencillos que reducen drásticamente el riesgo de piedras en el riñón o la vesícula

Aunque no suelen ser peligrosos, los cálculos en el riñon pueden provocar dolores y molestias severas

Las causas de estas formaciones suelen relacionarse con la hidratación y la dieta.

Las causas de estas formaciones suelen relacionarse con la hidratación y la dieta. / Envato

Los cálculos renales o 'piedras' en el riñón son cuerpos duros compuestos de minerales y sales presentes en la orina. Aunque cada año estas formaciones afectan a muchas personas, pueden prevenirse siguiendo hábitos muy sencillos.

Su desarrollo suele producirse por la acumulación de elementos químicos como el calcio o el ácido úrico. Cuando se produce una alta concentración de estos elementos, el agua presente en la orina no tiene suficiente poder de disolución para deshacer los cálculos.

Cuando se producen, estas piedras pueden causar molestias y dolor durante su tránsito por el riñón y su posterior expulsión. Sin embargo, conocer sus causas pueden ayudarnos a evitar que se produzcan.

Causas de los cálculos renales y biliares

La vesícula biliar, situada justo debajo del hígado, también puede generar cálculos. Su función es segregar bilis, un fluido digestivo que ayuda a descomponer las grasas. Cuando se produce un desequilibrio entre el colesterol y la bilirrubina en la bilis, se producen estas formaciones.

En cuanto a las piedras en el riñón, sus causas más comunes son:

  • No beber suficiente agua, lo que hace que la orina esté más concentrada.
  • Comer demasiada sal, carne o ciertos alimentos con alto contenido de oxalato (como espinacas y nueces).
  • Afecciones médicas como diabetes, gota o trastornos digestivos.
  • Genética.

Por su parte, los cálculos biliares se producen por:

  • Exceso de colesterol en la bilis, que provoca la formación de cálculos biliares de colesterol amarillo, que representan la mayoría de los casos.
  • Producción excesiva de bilirrubina por parte de los glóbulos rojos, lo que produce cálculos biliares de pigmento oscuro.
  • La vesícula biliar no se vacía completamente o con la frecuencia suficiente.
  • Pertenencia a grupos de riesgo como personas obesas, mujeres mayores o con afecciones subyacentes.

Cuatro formas de prevenir los cálculos

Una de las formas más sencillas de prevenir la formación de estos cuerpos es beber mucha agua. La ingesta diaria recomendada de agua es de ocho a diez vasos diarios. Si nuestra orina muestra un color oscuro significa que nuestro cuerpo necesita más agua. Además, una buena hidratación beneficia el flujo de la bilis y la mantiene fluida, lo que reduce el riesgo de formación de cálculos.

La segunda recomendación es mantener una dieta equilibrada. Para los riñones, reducir el consumo de sal y proteínas animales, así como alimentos ricos en oxalato (como frutos secos o espinacas) reducirá la presencia de químicos que participan en la formación de cálculos. Sin embargo, no debemos dejar de consumir productos ricos en calcio. En cuanto a la vesícula, la clave está en los alimentos ricos en fibra, como frutas y verduras, así como cereales o legumbres.

El tercer consejo para evitar las piedras es mantener un peso saludable y un estilo de vida activo. Estas formaciones son más probables en personas obesas que experimentan una pérdida de peso rápida. Mantener un peso estable y saludable, sin dietas drásticas, así como el ejercicio, permite que el cuerpo gestione las grasas y azúcares de forma eficaz, lo que reduce la posibilidad de producir cálculos.

Por último, si queremos evitar las molestias causadas por estas formaciones no debemos saltarnos las comidas. El ayuno y los horarios irregulares provocan la segregación hepática de colesterol, lo que fomenta los cálculos biliares. Las comidas regulares y en horarios fijos favorece el funcionamiento de la vesícula.

Tracking Pixel Contents