La alergia al polen no es una afección estacional. Aunque se suele asociar a la primavera, ya en los meses de invierno los alérgicos tienen que estar pendientes de los niveles de polen para evitar los molestos síntomas que provoca. Precisamente durante este mes de febrero, en Galicia ya se han registrado concentraciones moderadas de polen en el aire.

Mientras que las provincias de Pontevedra y Lugo permanecen en niveles bajos de polen de alisos, ciprés, fresnos y ortigas, en Ourense la concentración de polen de alisos ha alcanzado niveles altos, mientras que en A Coruña se ha detectado una presencia moderada de polen de ciprés.

El polen de cupresáceas, familia a la que pertenece el ciprés, ha pasado de ser anécdótico dentro de las afecciones alérgicas a ser una de las principales causas en España, junto con el olivo, las gramíneas, el plátano de sombra y algunas malezas que se encuentran en setos y jardines.

Su incidencia es mayor durante esta época ya que, a diferencia de otros árboles que polinizan en primavera, las cupresáceas (familia que incluye cipreses, arizónicas, enebros, sabinas...) lo hacen en los meses más fríos del año, entre noviembre y marzo, alcanzando sus niveles más altos en enero y febrero, explica la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP).

Además, el problema es mayor en las ciudades, "pues los agentes contaminantes procedentes de vehículos y calefacciones aumenta la capacidad de los pólenes de producir síntomas de alergia", afirma Ana Novalbos Wischer, alergóloga del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid. "En los últimos veinte años -destaca-, el volumen de polen de ciprés por metro cúbico de aire se ha multiplicado . Algunos inviernos se han llegado a registrar 1.000 granos de polen por metro cúbico de aire, cuando la cantidad media hace 20 años era de 50 granos por metro cúbico".

Otros árboles que también polinizan en invierno son el avellano, el aliso y el fresno. Este último, de la familia de las oleáceas, puede provocar síntomas por reacción cruzada en pacientes alérgicos a olivo.

Ocho millones de alérgicos al polen

Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAICE), en torno a ocho millones de españoles sufren alergia a pólenes. Los síntomas más habituales a los que se enfrentan son rinitis (estornudos, congestión nasal, moco líquido) y conjuntivitis (prurito y enrojecimiento conjuntival). También pueden causar asma y urticaria.

Estos síntomas, por la época en que se producen, pueden ser confundidos con los de un catarro invernal, aunque tienen mayor duración a los largo de las semanas. "El diagnóstico se basará en una historia clínica compatible, se realizarán también pruebas cutáneas ('prick test') con los reactivos específicos y puede añadirse un estudio en sangre para detectar IgE específica", detalla Novalbos.

En lo que respecta al tratamiento, puede incluir antihistamínicos orales, colirios, espráis nasales e inhaladores si se ha desarrollado asma. "Además, se valorará la indicación de una vacuna específica, que es el único modo de modificar realmente el curso de la enfermedad", señala la alergóloga. "Las vacunas son muy eficaces y existen diversas formas de administración que permiten adaptar mejor el tratamiento a cada paciente. Este tratamiento durará un periodo de entre 3 y 5 años y la mejoría se puede observar ya desde el primer año de tratamiento y puede llegar a alcanzar, al final del tratamiento, a un 80% de los pacientes".

Consejos para pacientes alérgicos al polen

Los pólenes se encuentran suspendidos en el aire, lo que hace imposible que se pueda controlar su cantidad en la atmósfera. Aún así, la Sociedad Gallega de Alergología e Inmunología Clínica (SGAIC) ofrece unas recomendaciones que podrán disminuir los síntomas en la época de polinización:

  • Conocer la época, frecuencia y cantidad de polen en la zona, para poder evitar la exposición en los días de máxima concentración.
  • Evitar actividades al aire libre (ejercicio, paseos en bicicleta, cortar césped…), sobre todo en lugares con abundante vegetación y principalmente los días soleados y ventosos.
  • Mantener las ventanas cerradas el mayor tiempo posible.
  • Viajar con las ventanillas del coche cerradas.
  • Procurar utilizar gafas de sol para disminuir al irritación de los ojos.
  • Se recomiendan filtros antipolen en los coches.
  • Si viaja en moto lo hará con casco cerrado.
  • Evitar secar la ropa al aire libre.
  • Tener especial precaución en la conducción si está tomando antihistamínicos (algunos de ellos pueden provocar sueño).