Dormir la siesta es uno de los hábitos más extendidos en España y una de las costumbres por las que más se nos conoce en el extranjero. Echarse una cabezadita después de comer es uno de esos placeres de los que todos queremos disfrutar siempre que podemos, pero del que no tenemos muy claro los beneficios. A menudo se dice que dormir un rato después de comer provoca que las personas engorden con más facilidad. Son muchos los mitos que se asocian a la siesta y la mayoría de ellos la dejan como una mala costumbre que puede acarrear consecuencias para el organismo, pero nada más lejos de la realidad.

Dormir la siesta puede prevenir cardiopatías y reducir la tensión arterial. Descansar un poco después de comer ayuda a mejorar la productividad en el trabajo y contribuye a preparar el cuerpo antes de llevar a cabo una sesión de ejercicio intenso. Pero no hay que emocionarse demasiado. Es importante prestar atención al tiempo que le dedicamos. La siesta solo es beneficiosa para la salud si no se excede el tiempo de sueño recomendado. Los especialistas insisten en que la cabezadita no debe extenderse más de media hora, ya que pasados los treinta minutos el reloj biológico puede verse afectado. No solo puede generar insomnio por la noche sino que puede acarreará consecuencias nefastas en el sistema digestivo, dificultando y alargando el proceso de absorción y transformación de los alimentos.

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Para que tu siesta sea lo más reparadora posible y no sume kilos que contribuya a perder productividad presta atención a los siguientes consejos:

  • No comer en exceso. Cuanto más comemos, más necesidad tiene el organismo de pedir un descanso. El atracón es el que nos hace engordar, no las horas que dormimos después.
  • La siesta no debe exceder esos 30 minutos recomendados. Si es necesario ponte una alarma y colócala lejos para que veas obligado a levantarte.
  • Aléjate de ruidos y busca un lugar con una iluminación tenue. Tratar de descansar con ruidos de fondo o con demasiado luz harán que el cerebro no se relaje y en consecuencia te despertarás peor.
  • Sentarse para dormir la siesta es mejor que tumbarse por completo. Si te acuestas en la cama no te tapes ni te pongas el pijama como si fuera de noche. Estar reclinado permite que el sueño no llegue a ser profundo y que podamos despertar más rápido.