Escribe Javier Reverte en el prólogo que "Si uno tomase por una suerte de diario de los aconteceres cotidianos de estos relatos que, escritos en primera persona, me pide prologar Javier Figuero, yo pensaría que su autor está loco. Si, por el contrario, pensara que se trata de narraciones imaginarias, podría sospechar los ha escrito soñando. Pero uno es escritor, como el creador de estos cuentos, y sabe bien que, a menudo, en la vida y en la literatura irrealidad y razón, ensoñación y verdad, se reúnen en la faz misma de la existencia, sin que unas prevalezcan sobre las otras."