En Mi abuelo, el rey de las pequeñas cosas la metáfora anunciada por el título se prolonga a lo largo de todo el relato y muchas asociaciones del protagonista con un rey acompañan también a identificaciones como, por ejemplo, casa de la era-palacio o bicicleta-caballo alado. En la portada y contraportada (que forman una unidad semántica), pasando por las guardias de la publicación, hasta las imágenes del interior del volumen, las ilustraciones dan cuenta del carácter maravilloso de ciertos momentos, de la fuerte presencia de elementos naturalistas, de la profunda conexión afectiva entre los personajes y del tratamiento de temáticas intemporales. El autor es uno de los más importantes escritores infantil juveniles de Portugal.