El mundo parece haber cambiado por completo. La crisis sanitaria causada por la covid-19 lo ha parado todo. Lo que antes era urgente, prioritario e importante, ahora ya no lo es tanto. Es por ello que, empresas e industrias también han decidido apoyar al sector sanitario y volcarse en esta lucha para parar el virus. Fabricar el último modelo de un coche, confeccionar unos pantalones tejanos o vender el producto estrella del verano es algo que ha quedado atrás para dar paso a una cadena de solidaridad.

La empresa de automóviles Seat ha sido una de las pioneras en contribuir a la causa. Desde mediados de marzo la planta de Martorell paró su actividad habitual y, tras recibir la autorización de la Agencia Española del Medicamento, el 3 de abril reanudó la producción para fabricar respiradores que se destinan a los centros hospitalarios. Para ello, un grupo de ingenieros llevó a cabo el diseño de este modelo de respirador llamado OxyGEN. En total, son 150 los trabajadores que se encargan de la manufactura de entre 100 y 300 respiradores diarios. Para su elaboración, utilizan piezas de coche que disponen ya en la fabrica y para realizar el movimiento de las levas han incorporado el motor adaptado del limpiaparabrisas de los vehículos.

Asimismo, Seat no ha sido la única compañía que ha decidido transformar su cadena de montaje para aportar su granito de arena. A finales de marzo, la multinacional energética Repsol empezó a producir geles hidroalcohólicos para poder suministrarlos al ministerio de Sanidad. Un proceso que se lleva a cabo gracias a los equipos dedicados a la producción de lubricante de competición, ubicados en su centro tecnológico y de investigación en Móstoles, y que se realiza siguiendo las pautas establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pese al desplome del precio del petróleo, la compañía petrolera no ha querido dar marcha atrás y está produciendo hasta 3.000 litros de esta solución desinfectante por semana. Además, ha entregado equipo de sus instalaciones al Hospital de la Paz para poder realizar 500 test diarios de detección de covid-19.

Donación de material

Pacientes llevando máscaras de buceo como respiradores y trabajadores sanitarios usándolas como modo de protección son algunas de las imágenes que más llaman la atención estos días en las noticias y las redes sociales. Se trata de la máscara Easybreath de Decathlon, un producto que lanzó la compañía francesa hace pocos años y que obtuvo mucha popularidad entre los amantes del snorkel. Cuando el sistema sanitario se vio desbordado en Italia, el Instituto Isinnova, dedicado a la innovación y la integración de sistemas, logró modificar estas máscaras para convertirlas en mascarillas de oxigeno y así conectar a los pacientes con respiradores. A medida que el virus se extendía en España, esta iniciativa se empezó a aplicar en varios hospitales, como el Gregorio Marañón. Como respuesta, Decathlon decidió bloquear la venta de este producto para "donar todas las cantidades disponibles a los hospitales para ayudar en esta crisis sanitaria", tal y como señalan en su página web. Además, desde la compañía también aseguran haber "proporcionado a ingenieros y doctores de distintos hospitales de España los planos 3D de la máscara".

Iniciativas desde la alimentación

Desde el sector de la alimentación han nacido varias iniciativas para paliar los efectos de esta situación. La cadena de supermercados Alcampo ha iniciado la campaña #JuntosRespondemos, con el fin de recaudar fondos y destinarlos al Plan Cruz Roja Responde, un proyecto que pretende distribuir una cesta básica de alimentos a personas en situación vulnerable durante la crisis del coronavirus. Por su parte, Mercadona ha reactivado los procesos de donación de productos de primera necesidad a los 210 comedores sociales y 60 bancos de alimentos con los que ya colabora habitualmente. Carrefour también se ha sumado a la cadena de solidaridad y ha donado la ropa de cama de su marca Tex al hospital de campaña instalado en el recinto ferial Ifema. Junto con otras empresas, Campofrío ha puesto en marcha la iniciativa Food for Drivers en países como España, Italia, Francia, Alemania, Portugal y Bélgica. La finalidad es ofrecer alimentos y bebidas a los conductores y transportistas que siguen trabajando durante el estado de alarma y que, debido al cierre de la restauración, no encuentran puntos de descanso abiertos en la carretera.