«Aunque seas médico puedes relativizar tu drogadicción»
Nuevos episodios de la serie hospitalaria «Respira» en Netflix. Pivotan sobre la privatización del centro, las agresiones a sanitarios o las relaciones de pareja hetero y gay. Pablo Alborán se suma al elenco y prosiguen Najwa Nimri, Sánchez-Gijón, Blanca Suárez o el gallego Xoán Fórneas. Con este, charlamos.

Xoán Fórneas interpreta a Quique en la serie «Respira» con nueva temporada en Netflix. | Carlaoset

El lucense, de Castro de Rei, Xoán Fórneas —que dio vida a Castelao en «Antes de Nós»— está frenético. Portocabo ya lo ha fichado para su nueva serie; está promocionando «Respira» y ultima una sorpresa artística (fuera de lo actoral) que desvelará a finales de mes. «No puedo decir más de momento», aclara este gallego que vive entre su aldea, Madrid y el extranjero.
¿Cómo siente el éxito de la primera temporada de «Respira»?
Fue una alegría realizar la primera temporada y ahora esta. Me siento un privilegiado de trabajar con este reparto maravilloso. Teníamos buenas expectativas pero nunca sabes. La serie tiene una parte reivindicativa en la trama que podría causar controversia. Se recibió muy bien. Ojalá vengan más temporadas.
La amenaza de la privatización ha acabado por asentarse en este hospital ficticio. Su personaje, al principio, está temeroso para después recibir los cambios con más benevolencia.
Mi personaje Quique estuvo muy implicado en la huelga en la primera temporada donde quedó muy afectado por la muerte de su amigo. En esta segunda es un residente que necesita seguir sobreviviendo. Los médicos quizás no cobran lo suficiente y él sigue con un conflicto moral porque no sabe si quiere participar en esa privatización o no. También es un personaje ingenuo que comete errores. Es lo interesante de él.
La serie normaliza el amor homosexual.
Afortunadamente estamos en un momento en el que cualquier tipo de amor está integrado socialmente. Alguna gente trata de ponerle límites a nuestros derechos pero la sociedad lo tiene ya integrado. Las temáticas del amor homosexual ya no se tratan como un trauma o por su dificultad. Para alguna gente sigue siendo difícil pero también hay una normalidad. La serie se fija en lo que le pasa internamente a los personajes independientemente del género.
Quique es adicto a las drogas. Es preocupante.
El gran conflicto interno de Quique es la adicción, esa falta de conciencia de una problemática. Aunque médico o residente puedes relativizar esa adicción. Es un problema social instaurado en la sociedad. Podemos ser adictos a cualquier cosa: a los estupefacientes, a los móviles, a las personas... Es interesante reflejar todo tipo de adicciones. Hay clichés al considerar que drogadicto solo es aquel que está con una jeringuilla en el brazo. Hay mucha gente adicta atravesando procesos duros. Quique no es consciente de adónde le llevan esas malas decisiones.
La serie también explora el deseo humano por sobrevivir a un cáncer. El personaje de Najwa Nimri muestra cómo se entrega a terapias y ensayos clínicos sin estar muy segura.
Yo confío absolutamente en los doctores y la ciencia. Habría que verse en esa tesitura. Cuando quieres sobrevivir buscas todas las alternativas posibles.
Otro tema son las agresiones a los sanitarios.
Es muy complicado. Están tratando de salvar a la gente pero hay ciertos pacientes que están al límite. Hay que proteger al personal y la sanidad pública tiene que hacer que se sientan protegidos pero también hay que entender el estado mental y emocional de personas que no son conscientes de su conducta. La salud mental es muy importante.
¿Alberga temor o está tranquilo respecto a la situación de la sanidad pública en el Estado?
Una de las grandes conquistas fue tener una sanidad pública. A veces, vemos que está descuidada, que tiene grandes listas de espera. Tengo gente cercana que espera por resultados de pruebas importantes y tienen meses por delante para hacerlas. Es complicado no saber qué va a ser de ti, si la enfermedad sigue avanzando. Hay que cuidarla aún más; tenemos un tesoro entre comillas porque los sanitarios están desbordados. Lo que acaba de pasar en Andalucía es una desgracia; no tendría que haber pasado. Ojalá todo lo que sale en la serie fuese una ficción.
Como el capítulo de la gota fría en la primera temporada...
Salió antes de que sucediese la dana del Mediterráneo el año pasado. La realidad superó la ficción. Fue una castástrofe con mayores víctimas mortales en la realidad que en la serie.
¿Siente frustración a veces en el trabajo actoral?
En el trabajo de actor nunca acabas, siempre te puedes superar. Es algo con lo que he aprendido a lidiar. Forma parte del crecimiento artístico. Gracias a la frustración he superado ciertos miedos.
Dio vida a Castelao en «Antes de Nós», que se mantuvo varios meses entre los filmes españoles más vistos.
Fue una peli que se hizo con mucho cariño. Hasta ahora, es mi personaje más importante por el peso dramático de la película.
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