Primero fue Dubái y ahora es Nueva York. De una a otra y tiro porque me toca. Ambas ciudades representan todo aquello que más repelús produce al BNG. Y resulta que Lores parece encantado de haberlas conocido y más todavía de recoger sus premios y sus alabanzas.
Este Lores transpuesto en Lorix nos tiene verdaderamente anonadados de sus piruetas y del más difícil todavía que practica según le convenga en cada momento, hasta el punto de que es capaz de vender su alma al mismísimo Michael Bloomberg.
Todavía hace menos de un año que el alcalde mandó a hacer gárgaras al representante de McDonalds que tuvo la osadía de invitarlo a la inauguración de su local exprés en la avenida de Lugo. Todo por tratarse de una empresa norteamericana.
¿En qué quedamos: antes no y ahora sí, hasta el punto de tomar el avión e ir volando a la capital financiera por excelencia del mundo mundial para recoger un premio en plena campaña electoral para revalidar la alcaldía?
Mike Bloomberg, que pone su nombre y su dinero en la fundación que acaba de premiar el modelo de ciudad de Pontevedra, es la imagen misma del capitalismo puro y duro; ese mismo que provocó la crisis que nos hundió en la miseria. Encima ni siquiera es demócrata, sino republicano.
No puedo ni imaginarme que es lo que habrían dicho Lores, Mosquera y compañía, en caso de que un representante del PP, mismo Jacobo Moreira en plan alcalde, fuera quien desempeñara su papel. De momento, solo tenemos como referencia lo que opina Xavier Vence, líder del BNG, sobre los viajes del presidente de la Xunta a Sudamérica.
El meollo de la cuestión está en adivinar si Lores ha sufrido una cura de antiamericanismo de padre y muy señor mío, hasta el punto de descolgar el cartel de "¡yanquis go home!" que pesaba sobre el McDonalds de la avenida de Lugo, y saber de paso cuándo y cómo va a plasmar en Pontevedra el retorno efectivo y real de este viaje a Nueva York.
