La construcción de la variante de Marín ha provocado un nuevo susto a los vecinos cuyas casas lindan con las obras. Esta vez ha sido una vecina de Currás, en la parroquia de O Campo, la que ha sufrido las consecuencias de la voladura de las rocas. La vivienda de Divina Parada Cereijo se ha desplazado sobre el terreno a causa de las explosiones y desde hace varias semanas las paredes sufren numerosas grietas, tanto internas como externas, de gran tamaño.

La situación actual impide la habitabilidad de la casa, por lo que el martes se procedió al desalojo de su propietaria. Divina, que tiene más de 80 años, vivía sola y ha sido acogida por su hija, también vecina de Currás.

"Nós xa demos aviso á empresa o día 8 de que estaban aparecendo fendeduras e ninguén nos deu contestación -explicó el nieto de la afectada- Ata esta semana non viñeron mirala". Los técnicos de Corsán-Corviam, empresa responsable de las obras, se desplazaron ayer hasta la zona para valorar los daños. Por la tarde dos operarios estuvieron apuntalando la estructura y marcaron unos sistemas con los que se podrá registrar la evolución del movimiento de la casa. Según comentaron los vecinos, otras dos viviendas tienen grietas en el suelo y el puente de Currás corre riesgo de desplome.

Por su parte, la número dos del BNG, Pilar Blanco, recordó que "esta non é a primeira vez que sucede algo así. Hai uns meses as explosións realizadas no tramo de Ardán alcanzaron varias vivendas". El grupo nacionalista presentará hoy sendas peticiones de responsabilidad a la Xunta, por tratarse de una obra promovida por la Administración autonómica, y al Concello, porque la vivienda se encuentra dentro del territorio marinense.