Los profesionales sanitarios de Pontevedra y O Salnés comenzaron ayer a vacunarse contra la gripe. A las puertas del otoño, el Servizo Galego de Saúde, Sergas, recuerda que este año es más importante que nunca protegerse contra este virus, sobre todo aquellos colectivos laborales en continuo contacto con la población y los grupos de edad de riesgo. La campaña para la población en general comenzará el próximo 13 de octubre y concluirá el 31 de diciembre.

La pandemia de la Covid ha llevado a las autoridades sanitarias a recalcar que "Contra a gripe temos vacina". Y como cada año, son los trabajadores de la sanidad los primeros en estrenarse con esta vacuna, en un contexto en el que la coincidencia de ambas infecciones puede costar vidas a los más vulnerables: personas mayores, inmunodeprimidas y mujeres embarazadas.

En principio para el área sanitaria de Pontevedra y O Salnés se ha encargado una primera partida de alrededor de 80.000 dosis, una cifra que se irá incrementando con la demanda.

"Empezó hoy (por ayer) la campaña, pero el número de vacunas que nos están pidiendo para centros de Pontevedra es mayor que la de otros años. Necesitan más dosis que el año pasado, sobre todo en el Hospital Montecelo, donde hay más personal que se quiere vacunar", asegura la doctora Victoria Aldea Míguez, de la sección de vacuna de la Jefatura Territorial de Sanidade en Pontevedra.

Hay varios tipos de vacunas para la gripe. Para los mayores de 65 años son la Chiromas y la Fluzone, esta última para aquellos que están en residencias de la tercera edad. Para las personas de menos de 65 años se administra la Vaxigrip.

Todas ellas son vacunas tetravalentes con dos cepas del virus de la gripe. Es la primera vez que se emplea en la campaña de la gripe una vacuna tetravalente de alta carga para los mayores.

La doctora Aldea indica que este año se prevé que el número de casos de gripe sea menor al de otros inviernos, tanto por el incremento de personas vacunadas como por las medidas de prevención de la Covid, a través del uso de mascarilla, lavado de manos, uso de soluciones hidroalcohólicas, distanciamiento social y el confinamiento voluntario, "ya que la gente mayor sale menos porque tiene más miedo". Así se ha demostrado ya en los países del hemisferio sur, que llevan la delantera en la campaña de la gripe.

"Si nos protegiésemos todos los años como lo estamos haciendo ahora, tendríamos muchos menos casos de gripe, cuya contagiosidad es menor", considera Victoria Aldea.

El objetivo este año es alcanzar el 75 por ciento de vacunados tanto de población de riesgo como de profesionales sanitarios. "Este año podríamos superarlo", dice esperanzada.

En este sentido, el mensaje de las autoridades sanitarias es tanto para los profesionales de este sector, "porque son personas sanas que pueden transmitir la enfermedad", como para la población de riesgo, "que es la que se tiene que vacunar, porque son quienes tienen riesgo de sufrir complicaciones". "Una persona joven, sana e inmunocompetente, si tiene una gripe va a tener las defensas suficientes para superarla. Cosa diferente es si conviven con mayores, sobre todo inmunodeprimidos, deben vacunarse", incide Victoria Aldea.

La población diana de la vacuna son las personas de 65 años o más, las inmunodeprimidas o con condiciones de riesgo, las embarazadas y las que hayan dado a luz hasta seis meses antes.