En los Milagros de Amil del año del Covid tocó a más milagros por cabeza. La escasez de devotos marcó el día central de la fiesta que otros años convocó a miles de personas en esta parroquia de Moraña.
La fiesta se celebró en este año de pandemia sanitaria sin romería popular y sin las masivas peregrinaciones que en otras ediciones llenaron de caminantes las carreteras que conducen a Amil.
En esta ocasión, escasos peregrinos, breves colas para entrar al santuario y unos pocos puestos de venta en el entorno del templo compusieron una imagen inusual de esta romería, a la que sin embargo no faltaron los habituales ofrecidos, que llegaron caminando de sitios tan distantes como Pontevedra o Caldas de Reis. Con los 29 grados de temperatura que había a mediodía en las carreteras de Moraña, pocos caminantes aguantaron la obligatoria mascarilla en los tramos finales de su peregrinación.
La imagen de la Virgen de los Milagros no fue apeada del retablo del altar en esta ocasión y tampoco pudo ser tocada por los fieles, o por sus estampitas, como era costumbre. Esta vez tuvieron que ceñirse a pasar a su lado para salir por la sacristía, entregando su donativo voluntario a un representante de la parroquia, que situaba los billetes en el manto de la Virgen tras una mampara.
Donativos
Los donativos, custodiados de cerca por los guardias de una empresa de seguridad, se contaban también en mucha menor cantidad que otros años.
Las restricciones impuestas por la pandemia impidieron la celebración de la tradicional procesión, pero sí se oficiaron misas de campaña, con el distanciamiento social que facilitaba la escasez de asistentes. En las homilías, el párroco hizo referencia a la crisis sanitaria que azota al mundo y a sus consecuencias sobre la sociedad y pidió a la Virgen que interceda contra la pandemia.
En el día grande de la romería de los Milagros de Amil se oficiaron misas seguidas de novena a cada hora desde las 6.00 de la mañana hasta las 12.00 horas. A las 13.00 horas tuvo lugar la misa solemne, también en el campo de la fiesta. Los devotos también pudieron asistir a misas por la tarde, pero no pudieron disfrutar de las atracciones y bares de campaña que otros años acompañan a esta fiesta popular.
