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El consumo cayó un 50% este verano pese al turismo

- Los empresarios reclaman "previsión y certidumbre" ante el desarrollo de la pandemia

Negocios cerrados en una céntrica calle de Pontevedra. // Gustavo Santos

El consumo ha caído este verano por debajo del 50 por ciento en Pontevedra, a pesar de que la temporada turística no han sido tan mala como se temía. Los profesionales y autónomos prevén que al menos un 20 por ciento del pequeño comercio y profesionales autónomos de Pontevedra echará el cierre a medio plazo. Son los tristes datos que maneja la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) cuyo presidente, Eduardo Abad, reclama a las administraciones públicas ayudas efectivas, "un balón de oxígeno" para poder respirar hasta que la crisis generada por el covid-19 amaine.

Igual de preocupante es el análisis de la situación que hace la Asociación de Empresarios de la Pequeña y Mediana Empresa de Pontevedra (Aempe). Su presidente, José María Corujo, afirma que muchos empresarios locales no han vuelto a abrir desde el primer confinamiento del pasado marzo y que la situación es poco halagüeña de cara al otoño e invierno próximos.

Aempe reclama a los gobiernos central, autonómico y locales "previsión y certidumbre" para hacer frente a los meses que se avecinan. "Al menos alguna estrategia" para afrontar lo que la pandemia pueda traer todavía, explica.

Aunque 2020 comenzó con cifras de "estabilidad" para el pequeño comercio, tras el estallido de la crisis sanitaria la ciudad de Pontevedra ha perdido un total de 43 autónomos, pasando de los 5.446 con los que concluyó 2019 a los 5.403 actuales, según las cifras de UPTA. Esto a pesar de las incorporaciones que supone la temporada de verano para el sector servicios, ya que en el cómputo del pasado mayo el municipio había perdido hasta 103 comercios y autónomos.

Comarca

En lo que va de año, Marín ganó 5 autónomos (un total de 1.256), Sanxenxo 55 con la temporada de verano (1.676), Ponte Caldelas tiene un balance positivo de 8 (381 en total), mientras que Caldas de Reis y Barro ganaron 6 autónomos respectivamente. Los municipios de Cerdedo-Cotobade, Moraña y Portas perdieron 6 en cada caso, Cuntis perdió 4, Poio 3, Vilaboa perdió 11 y Campo Lameiro perdió solo uno.

Durante los meses más duros de la crisis sanitaria, entre marzo y abril, un total de 825 autónomos cesaron en su actividad en la provincia de Pontevedra. En el conjunto de Galicia se perdieron en esos meses casi 2.200 profesionales y trabajadores autónomos. Las malas cifras para los pequeños negocios se arrastran desde los meses previos a la crisis. En la comunidad se perdieron a principios de año 2.069 autónomos, agravando una situación que ya se arrastraba en 2019, cuando el cómputo negativo era de 1.681 profesionales respecto a un año antes.

Al comenzar 2020, la provincia había ganado solo 11 autónomos respecto al año anterior, en números totales, cuando en 2019 las altas habían superado en casi 300 trabajadores a los existentes en 2018. Aun así, gracias a las incorporaciones de los meses de verano, principalmente en el sector servicios, la variación anual entre altas y bajas es positiva en 206 profesionales.

Siendo Pontevedra una comarca turística, a la que ha acompañado el clima en los meses más importantes de la temporada, logrando incluso una buena asistencia de viajeros, el consumo ha caído por debajo del 50%, como explica el presidente de UPTA, Eduardo Abad. Los niveles de consumo apenas han subido desde julio a agosto, cuando era algo habitual en años "normales" y quien más ha notado esta merma es el pequeño comercio.

En la hostelería, tras el cierre del ocio nocturno el pasado 15 de agosto, muchos empresarios no han podido retomar la actividad. El cierre afectó no solo a bares y pubs, sino principalmente a aquellos que tienen una licencia administrativa que les permite abrir hasta las tres de la mañana y que ante esta situación no han vuelto a abrir. En esta categoría se encuentran prácticamente el 40 por ciento de todos los establecimientos de hostelería de la provincia y de la comarca de Pontevedra, según indica UPTA.

A esta situación se suma el miedo adoptado por el consumidor en sus hábitos, ante la aparición de rebrotes de la pandemia. Tanto consumidores locales como foráneos muestran ahora más recelo a la hora de compartir espacios con otras personas, lo que afecta a comercio tradicional, centros comerciales y hostelería. Así, según UPTA, el futuro inmediato se presenta especialmente duro para este colectivo, en el que se llegarán a perder hasta el 20 por ciento de los negocios. "Vamos a tener restricciones de movimiento y el consumidor sigue teniendo un miedo atroz a contagiarse y esto va suponer que el consumo siga cayendo a lo largo de este 2020, al menos hasta que la situación originada por el covid-19 se estabilice o se encuentre una solución al problema", dice Abad.

Septiembre

"No hemos sido capaces de sensibilizar tanto a la Administración autonómica como a la estatal para poner solución definitiva a estos problemas y solo nos queda que a lo largo de este mes de septiembre podamos ejercer presión para que estos autónomos puedan tener este balón de oxígeno que les permita transitar en esta situación", por lo que insta a las administraciones públicas a seguir trabajando para buscar soluciones efectivas a unos problemas que están sufriendo miles de trabajadores autónomos.

UPTA reclama que se ponga en marcha de nuevo el cese de actividad extraordinario, las ayudas específicas a sectores que están siendo fuertemente castigados y exigen planes de contingencia ante lo que esté por llegar. "No nos olvidemos que dentro de apenas 15 días tendremos a los niños en el colegio con una situación de incertidumbre en la que vamos a tener que alterar el ritmo de la vida de los negocios de los autónomos, que ante una situación de contagio van a tener que cerrar. Estos son temas que están sin resolver y ya vamos tarde", explica Abad Sabarís.

La directiva de UPTA inicia esta semana reuniones con los distintos ministerios y con el Gobierno gallego, para intentar que se pongan en marcha medidas para paliar los problemas que se avecinan "para que los autónomos tengan un horizonte mínimamente razonable en el que apoyarse y ver que hay un futuro".

Aempe

En la misma línea, el presidente de Aempe José María Corujo, reivindica que "deberíamos tener una estructura de actuación y en ningún ámbito lo estamos teniendo, ni en el económico, ni en el sanitario ni en nada; esto genera una incertidumbre tremenda y al problema sanitario que tenemos -que si no controlar al menos deberíamos saber cómo actuar frente a él-, se suman nuevos problemas como el inicio del curso escolar, con directrices de actuación tampoco claras".

"Las empresas nos vamos a ver en un atolladero y ya hay sectores en el mundo empresarial que se ven condenados", afirma Corujo y apunta a las empresas que tienen como actividad la gestión de movimientos de personas, o de ocio, para las que "no hay previsión, las decisiones son un poco sobre la marcha", algo que perjudica seriamente al mundo empresarial.

"Estamos en cifras de inicio de la pandemia y nos preocupa mucho, vamos en muy mal camino", advierte el presidente de Aempe.

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