El duro confinamiento está pasando factura a muchas personas con la salud delicada y colectivos vulnerables. La Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Pontevedra (Afapo), por ejemplo, está constatando estos días algo que ya se temían sus profesionales: que "los 114 días de encierro han provocado un importante deterioro cognitivo" a las personas enfermas de alzhéimer y de otro tipo de demencias.
"Los 114 días de encierro han provocado un importante deterioro cognitivo"
Así lo han confirmado los técnicos de Afapo que han comenzado a trabajar el pasado martes 6 de julio con ellos, al retomar las terapias individuales y cognitiva a estos pacientes. Si el confinamiento fue duro para todos, más para estas personas que "vieron como sus rutinas y terapias cambiaron radicalmente". Pese al esfuerzo de las familias, el encierro ha provocado que esta enfermedad incurable "avanzase de forma todavía mucho rápida" sin estas terapias de apoyo, tal y como explica el presidente del colectivo, José Manuel Fontenla. "Este periodo lo hemos podido comprobar los técnicos de Afapo que el martes recibieron a los primeros usuarios en nuestro Centro de Pedro Sarmiento de Gamboa para realizar terapias individuales y con cita previa", señalan desde la asociación.
Uno de los usuarios del centro realiza ejercicios bajo supervisión. Rafa Vázquez
El objetivo ahora es "ir trabajando con ellos para intentar frenar el avance de la enfermedad, para ello, en las terapias individualizadas de Afapo los profesionales se están volcando con los usuarios, así terapeutas ocupacionales, psicólogos, fisioterapeutas y auxiliares están haciendo hincapié en la parte física y cognitiva".
"Se notan grandes pérdidas en psicomotricidad, por ejemplo, al dejar de andar, perdieron autonomía..."
"Se notan grandes pérdidas en psicomotricidad, por ejemplo, al dejar de andar, perdieron autonomía...", explica Fontenla. El gran problema del alzhéimer y de otras demencias es que son irreversibles y que el tratamiento básicamente consiste en tratar de frenar su avance el mayor tiempo posible para que pacientes y familias puedan mantener una mayor calidad de vida el mayor tiempo posible. "Con este confinamiento lo que ha ocurrido es que hay casos en los que ha avanzado mucho la enfermedad", explica el presidente de Afapo, igual lo que antes "eran dos o tres años con una calidad de vida mejor para el usuario este confinamiento ha hecho que igual ese tiempo se haya perdido". Lo que tratarán a partir de ahora los profesionales es intentar recuperarlo lo máximo posible, algo que "será posible en algunos usuarios pero en otros no".
De momento, las terapias se están haciendo de forma individual y con cita previa, hasta que se pueda abrir el centro de forma grupal a todos los usuarios esperando que sea la apertura "lo antes posible, entre finales de julio y principios de agosto, una vez que el área sanitaria de Pontevedra nos dé el visto bueno", explican.
