La temporada extra del turismo náutico se extiende desde mediados de junio a estos primeros días de julio. "Es el momento en el que se compran y venden barcos", explica Carlos Paz, presidente del Club Naval de Pontevedra, uno de los puertos deportivos que constata el buen momento del sector. "Hay más demanda", señalan en la ciudad del Lérez, mientras que en la gran marina de Sanxenxo, sencillamente, ya no hay plazas: "imposible un hueco", es la respuesta en los puertos, donde solo están libres las plazas de tránsito obligatorio.
Nauta Sanxenxo dispone de 450 puntos de amarre en una concesión de más de 123.000 metros cuadrados. Cuenta con alquileres para barcos entre 8 y 25 metros (los más grandes disponen de concesiones específicas que no están en el mercado) y "todos los años se alquilan pronto, pero a las más pequeñas les cuesta más, tienen menos demanda", explica el gerente, Jesús Quintáns. Era así hasta este año, cuando "todas las plazas se alquilaron en solo 10 días".
Es uno de los profesionales que apunta a que la actividad del sector y específicamente la demanda de amarres "es bestial, la más alta en décadas". De hecho, el puerto deportivo que encabeza Jesús Quintáns recibe cada día "correos de 6 o 7 personas a las que les estamos diciendo que no los podemos atender, que no disponemos ya de plazas".
Por su parte, el Club Náutico de Sanxenxo está completo desde hace meses. Dispone de 65 plazas y, un verano más, su pantalán está lleno. Al igual que Nauta, solo cuenta con las vacantes de tránsito que es obligatorio mantener en reserva por si una embarcación precisa abrigo.
Varios puertos de la ría de menor tamaño han absorbido la demanda y por ejemplo el Club Naval constata "un repunte del turismo náutico, aunque nosotros tenemos el problema de que uno de los pantalanes está inutilizado, pero aún así hemos tenido 7 u 8 altas de socios que se plantean traer barcos", destaca Carlos Paz.
A propósito del auge de esta modalidad turística, recuerda que "en los últimos días han podido verse hasta una veintena de barcos fondeados frente a la isla de Tambo", una imagen muy infrecuente y que otros veranos solía producirse solo coincidiendo con regatas u otros eventos.
Los barcos no pueden abarloar, es decir situarse en batería con otro, salvo en una situación de emergencia, pero por lo demás "suponen una gran alternativa en estos tiempos, aportan un entorno seguro en donde pueden estar familia o amigos", recuerda el presidente del Club Naval.
Es precisamente el perfil que más se repite estos días en las marinas, caso de la del Náutico de Sanxenxo. Sus usuarios "son prácticamente todos socios habituales, familias gallegas y solo unos pocos viven en otros puntos de España y trasladan en verano sus barcos hasta aquí".
También la Xunta constata el repunte del turismo náutico, una buena noticia en un año desastroso para el sector. La Consellería de Turismo señala que "en el contexto actual, Galicia se está posicionando como uno de los destinos españoles con más garantías gracias en buena medida a características propias como la tranquilidad, el paisaje o la naturaleza. Por eso, segmentos como turismo náutico, en el que llevamos trabajando en los últimos años dentro de la estrategia de desestacionalizar y diversificar nuestra actividad turística junto con el turismo marinero y o turismo activo, está llamado a ser pieza importante en la reactivación da actividad turística durante este verano".
Las 70 instalaciones náuticas gallegas ofrecen más de 10.000 plazas. El pasado año se registraron más de 10.000 tránsitos en los puertos de titularidad autonómica, una cifra que la administración es consciente que "será difícil repetir" en este 2020. Está de acuerdo con esta percepción Carlos Agra, al frente de Eolo Náutica, que recuerda que "llevamos años de plenos consecutivos", en Sanxenxo, donde "la demanda era más alta el año pasado y el anterior".
